Cuenta Robin Sharma en una entrevista que los espartanos decía que era mejor «Sudar mucho en el entrenamiento que sangrar en la batalla».
La frase se explica sola, sin embargo, en las empresas es común contratar a una persona y «lanzarla al ruedo para que aprenda sobre la marcha».
Al final lo que logramos es tener gente que sangra mucho y aprende lento y poco. No se logran los resultados en los tiempos y niveles requeridos. Esto toma mucho tiempo.
En la guerra no hay tiempo de improvisar, hay que llegar preparado y es mejor dedicar tiempo, recursos y sudor al entrenamiento que a sangrar y perder la batalla.
Un reto de las empresas es destinar tiempo para capacitar y sobre todo a entrenar a su personal a fin de que las batallas organizacionales logren resultados con el menor desgaste (y sangre) por parte del personal (del nivel que sea).
Aprender sobre la marcha es heroico, tendrás cicatrices que mostrar, aunque desde el punto de vista organizacional es lento e ineficiente, sobre todo en este mundo cambiante y exigente. EL tiempo dedicado a la formación y entrenamiento de la gente en el momento correcto y con el seguimiento adecuado es tiempo bien invertido.
