Imaginemos que te dedicas construir lanchas marinas. Tienes muchos años en el negocio y has aprendido los fundamentos de la gestión del negocio:
- Tener claro cómo son tus productos que cumplen con los requerimientos del cliente.
- Establecer las diferentes actividades para fabricar las lanchas. Esto lo has agrupado en procesos.
- Identificar los materiales e información requerida para realizar tu operación.
- Establecer criterios y los métodos para realizar las actividades.
- Establecer controles para asegurar que las cosas se realicen de la manera requerida.
- Asegurar que tengas la gente, equipos, materiales e información para realizar las actividades.
- Que todo mundo tenga claro lo que le toca hacer y también haz definido quien tiene autoridad dentro del proceso.
- Identificar los riesgos en los procesos que pueden ocasionar que las cosas salgan más.
- Medir tus procesos e implementar mejoras.
En algunos casos es probable que esto lo tengas documentado, y en el mejor de los casos está actualizado. Asimismo, cuentas con formatos y otras evidencias que te ayudan a saber que las cosas se realizaron y para poder rastrear hacia atrás en caso de que haya problemas.
¿Suena lógico no? En el pasado he escrito ampliamente al respecto:
Y ¿por que he escrito tanto al respecto? Simple, porque es operación y administración básica de un negocio. Lo sorprendente es encontrarse con empresas que no tienen estos elementos de operación y gestión básica. Ahí es donde entra la norma ISO 9001:2015 en su elemento 4.4. al solicitar que la empresa cuente con un Sistema de Gestión de la Calidad y sus procesos.
Esto es básico para tener una operación ordenada y poder trabajar para tener consistencia en la fabricación de productos y la prestación de servicios. Si tu empresa no tiene esta claridad, revisa los vínculos que te proporciono o usa la norma como guía para comenzar a ordenar tu operación. Nada extraordinario, el simple y puro hilo negro de la administración de un negocio.