Practicar, fallar, mejorar, repetir


Algunas personas me han dicho que tengo un «talento» o «habilidad» para explicar utilizando apoyos visuales y contando historias.

Sin embargo, si has leído esta serie de artículos sobre cómo explicar, te habrás dado cuenta que ha sido más una esfuerzo, un proceso de intensa práctica. En ocasiones nos centramos en los resultados pero no damos una mirada cuidadosa a lo que se ha hecho para obtener esos resultados.

«Mil días de entrenamiento para desarrollarse, diez mil días de entrenamiento para pulir. Debes de examinar esto bien.»

Miyamoto Musashi

Comencé a mejorar las láminas de mis presentaciones alrededor del año 2008, luego aprendí sobre notas visuales ese mismo año. Hice algunos ejercicios informales, pero no fue hasta 2012 cuando realmente me comprometí con ello y desde entonces no he parado.

Tengo una gran cantidad de libretas llenas de ejercicios en los que fui depurando la habilidad para las notas visuales. De igual modo he consumido una enorme cantidad de blocs de hojas llenos de notas y bosquejos que ahora se encuentran en posesión de mis clientes.

En el mismo año 2008 comencé a desarrollar historias útiles para explicar conceptos a mis clientes y luego los mezclé con las notas visuales. Las historias continuaron creciendo y se volvieron una parte central de mi práctica y de mis explicaciones.

Historias como las siguientes:

Ésta es solo una pequeña muestra de las historias que he desarrollado en base a experiencias personales o en la forma de historias ficticias, aunque basadas en eventos reales o en conceptos de calidad y gestión probados.

Estas historias han tomado tiempo y dedicación para estructurarse. Y también las he contado una y otra vez a lo largo de más de una década, refinando no solo las historias en si mismas, sino también el uso y la forma de contar cada una de ellas mientras presento, capacito o asesoro a una persona o grupo de personas.

En este proceso, mis explicaciones, notas visuales y mis historias han fallado. Otras han sobrevivido y perdurado, aunque todas, sin excepción, han mejorado. Cada vez que explicó algo aprendo y mejoro también. Esto me ha permitido conectar con mis clientes y audiencias para lograr ese momento «¡Ajá!» el cual es el comienzo del entendimiento y el primer paso para poner las cosas en movimiento hacia un cambio o mejora.

“El maestro ha fallado más veces de las que el principiante siquiera ha intentado.”

Stephen McCranie

Hoy tengo la certeza de que cualquier persona puede mejorar su habilidad para explicar. Yo busco sintetizar mi experiencia personal, apuntar hacia los conceptos y autores que me han influenciado y puedo mostrar casos de estudio y ejemplos. La idea de estos artículos es ayudar a reducir el tiempo necesario para adquirir el conocimiento para explicar mejor. No es necesario pasarse años buscando información como lo he hecho yo.

Aunque al final, es solo a través de la práctica deliberada que es posible lograr un entendimiento de las cosas y lograr realizar mejores explicaciones. Practicar es algo que no puedo hacer por ti, nadie puede hacerlo. Solo puedo intentar inspirarte para que te enfoques en un proceso y buenas prácticas, que practiques y, entonces, que veas resultados por ti mismo.