Un proceso común en las empresas es que al personal de nuevo ingreso o al personal novato en una actividad, que le asignen a un experto para que los «entrene» en dichas actividades.
Este proceso se conoce como instrucción en piso y complementa las actividades de inducción y de capacitación. Sin embargo, como dicen por ahí «no es lo mismo saber que saber hacer» (conocimiento vs. habilidad) e igualmente, «no es lo mismo saber y saber hacer que saber entrenar».
Una situación frecuente que me encuentro es la de expertos que se asignan a entrenar a los novatos sin tener ningún entrenamiento respecto a lo que implica instruir a otra persona. Esto genera procesos deficientes, puede generar malos hábitos, aprendizajes incorrectos o incompletos.
Un experto es lo que conocemos como un incompetente inconsciente, esto es No sabe que sabe. Su habilidad y conocimiento se encuentran en el subconsciente y los aplica de manera eficiente y correcta sin darse cuenta de ello. De hecho todos lo hacemos, por ejemplo, al abrocharnos las agujetas de los zapatos. Pero si alguien nos pide que expliquemos los pasos, de manera que alguien pueda seguirlos, nos vamos a atorar y nos vamos a dar cuenta que no podemos explicarlo rápido y fácilmente. «No es lo mismo saber que saber entrenar».
Un instructor es una persona que se ha formado ya sea para dar entrenamiento en piso o para dar capacitación en aula. En ambos casos, tiene que aprender, entre otras cosas, a separar el conocimiento en pequeñas partes que la persona pueda «digerir». Asimismo, debe de crear y proveer oportunidades de aprendizaje para consolidar el conocimiento o la habilidad. Finalmente, debe tener paciencia y «bajarse al nivel del aprendiz».
Los expertos tienden a fallar en lo anterior. No por mala intención sino por falta de competencia en el tema. En estos casos, caemos en el llamado «entrenamiento tipo mosca» en el cual al aprendiz se le dice «pégatele al experto». De ese modo empiezan a rondarlo como mosca tratando de absorber el conocimiento. El experto, por su lado, busca «espantarse» la mosca para poder realizar su actividad rápido y bien.
La única forma de evitar malos entrenamientos es aceptar que nuestros expertos tienen que ser a su vez entrenados y desarrollar las competencias del entrenamiento en piso. También hay que aceptar que no hay atajos en el aprendizaje y que toma tiempo.
¿Y tu has sido entrenado bajo el modelo «tipo mosca? ¿Entrenas bajo ese modelo?
2 respuestas a “Experto vs. Instructor”
Claro que me ha pasado. El problema es que en las empresas, le damos poca importancia a que los expertos, tengan capacidades pedagógicas y asumimos que por el simple hecho de muy buenos en lo que hacen, van a «engendrar» automáticamente un doble de ellos, pero eso, regularmente no pasa.
Es por eso que en las empresas debemos ocuparnos en tener un metodología clara de las formas y los tiempos en los cuales, podemos tener expertos que sepan transmitir sus conocimiento, y KPI’s que nos permitan medir que los aprendices, van aprendiendo.
Saludos.
Totalmente de acuerdo Ricardo. Tanto a los gerentes como a los expertos damos por hecho que mágicamente saben hacer lo que tiene que hacer y como bien dices no es así.
Lo primero es tomar conciencia y a partir de ahí definir las competencias de los instructores y los métodos de instrucción que va a utilizar.
Un tema interesante para comentar en futuras publicaciones.
Gracias por comentar.