Se acerca el fin de año y con varios clientes estoy trabajando las planeaciones y estrategias de 2020. ¿Por qué? Porque hay que tener al menos un rumbo general.
Si no sabemos a donde vamos es difícil llegar allá. Las estrategias se definen tras un análisis del entorno. Este puede ser interno y externo. Para ello se pueden utilizar varias herramientas como:
- Análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas).
- PESTAL (Político, Económico, Social, Tecnológico, Ambiental, Legal).
- Indicadores históricos de desempeño.
Esto solo por nombrar algunas. Estas herramientas generan información que permiten entender qué sucede dentro y fuera de la empresa.
Lo siguiente es generar ideas del rumbo a seguir. Estas ideas van de la mano con el ideario de la empresa (visión, misión y valores).
Las estrategias definirán el rumbo genérico en los próximos años y en dichas estrategias se encajarán actividades y planes de trabajo, así como objetivos numéricos que permitan medir que se está avanzando por el rumbo deseado. En muchos casos, los planes servirán para integrar o afinar los presupuestos financieros.
La planeación estratégica puede ser tan compleja o simple como se desee. Pero lo valioso, no es en sí el plan que se logra, sino el ejercicio de haberlo realizado.
Los planes no tienen valor, pero la planeación lo es todo
Dwight D. Eisenhower
Durante la planeación se analizará, revisará y reflexionará y se buscará entender los factores que influyen en el desempeño de la empresas y los peligros y oportunidades hacia adelante.
Muchas pequeñas empresas y empresarios, gerentes y directores hacen esto de manera casi continua. Pero es conveniente hacer un alto y poner todo en blanco y negro a fin de compartirlo con los gerentes y colaboradores.
El objetivo de la planeación y de las estrategias es reducir el riesgo, ayudar a la empresa a entender su entorno y los posibles riesgos asociados. Es imposible predecir el futuro. Y la planeación resultante no es más que un mapa que ayudará a navegar y no un camino inflexible que se debe de seguir dogmáticamente. Siempre habrá que ajustar sobre la marcha.
El mañana siempre llega. Siempre es diferente. E incluso, hasta la compañía más poderosa está en problemas si no ha trabajado para el futuro. Verse sorprendido por los acontecimientos es un riesgo que ni siquiera la compañía más grande y con más dinero se puede permitir; un riesgo que ni el más pequeño negocio puede correr.
Peter Drucker
Y tu empresa ¿ya está analizando su situación pasada y actual para establecer el rumbo a seguir?