Cuando doy un taller y toco el tema de Gestión de Procesos pregunto a los participantes ¿qué se necesita cuidar en el proceso para que las cosas salgan bien?
En una gran cantidad de ocasiones recibo la respuesta de «necesitamos gente capacitada». Pero yo les digo que no, que no necesitamos gente capacitada. Y en esta ocasión quiero explicar porqué.
Tal vez sea cuestión de términos, pero estos, en el mundo de la gerencia, pueden significar la diferencia entre una estrategia de desarrollo de personal correcta y otra que no.
Para realizar una tarea, una persona tiene que ser competente. Y ser competente implica, primordialmente 4 cosas:
- Perfil adecuado. Si fallamos en elegir correctamente a una persona para una tarea, si sus características innatas o de su personalidad no cuadran con la tarea, es probable que ningún tipo de acción (capacitación u otra) pueda volverlo competente.
- Conocimiento. Básicamente esto es saber. Es información. Se puede adquirir de muchas formas. Una capacitación presencial, mediante formación escolar, mediante la lectura de libros, a través de la asistencia a seminarios o congresos, a través de la interacción con expertos, etc.
- Habilidad. Significa saber hacer. Es algo que solo se logra dominar a través de la práctica. Se requiere aplicar. Talleres, simulacros, dinámicas y el entrenamiento en piso sirven para este propósito.
- Experiencia. Entre más tiempo hacemos algo, entendemos mejor como funciona y cómo ajustar ante situaciones inesperadas. El tiempo, nos da, junto con el conocimiento y la habilidad, el entendimiento para realizar una tarea mejor que un novato. La experiencia tiene que ser buena y basada en la constante actualización y mejora. Pero eso es tema de otra publicación.
Cuando la persona cuenta con los 4 elementos antes mencionados, podemos hablar de tener una persona competente. Una que sabe hacer las cosas. Lo siguiente será hacerla autónoma.
Podemos observar claramente que son muchas las actividades que llevan a la competencia. No una sola. Por ello, pensar que lo que necesitamos es «capacitar a la gente», en mi opinión es un enfoque inapropiado y de un alcance limitado.
Podemos enviar a nuestra gente a cientos de cursos y no darles entrenamiento en piso y oportunidades de aplicar las cosas y todo seguirá igual. Las empresas establecen indicadores de horas de capacitación al personal que se cubren o exceden cada año, pero que no están alineados con el rumbo de la empresa o que no se les da seguimiento o posibilidad de desarrollar Habilidad y Experiencia y eso merma su utilidad.
La mera capacitación en sí no hace competente a una persona. La capacitación es una pieza de un rompecabezas más amplio y complejo que solamente contar con un calendario de cursos que cumplir.