Escuchando el podcast Revisionist History the Malcolm Gladwell, él cuenta que cuando era pequeño su papá, que era matemático, cada año hacia una reunión en su casa con sus estudiantes.
Cuenta que le llamaba mucho la atención que aquellos estudiantes no hablaban de los problemas que habían resuelto sino que se la pasaban hablando de los problemas que están tratando de resolver.
Eso me dejó pensando pues, en parte del entorno empresarial en el que me muevo, está mal visto que haya problemas. Sin embargo, los problemas son muy importantes para la mejora.
Asociamos los problemas lo malo aunque también pueden ser oportunidades para mejorar. Un problema es una oportunidad de aprendizaje para entender más a fondo nuestros procesos.
En muchas organizaciones se castiga el error y la gente tiende a evitar atender problemas porque está mal visto. En otras culturas, la cultura asiática, principalmente la japonesa asociada a las técnicas de manufactura esbelta, el principio es completamente diferente. Si no hay un problema visible, entonces tenemos un problema.
En dichas culturas y metodologías, se trabaja para optimizar los procesos de tal modo que los problemas salgan a relucir. Así es, un gerente o mando, está buscando hacer obvios los problemas en su operación a fin de poderlos atender. De ese modo se logra la mejora.
El hecho de detectar problemas, analizarlos, entenderlos y atenderlos es parte de lo que se reconoce al personal. Son culturas que se basan en atender muchos pequeños problemas todos los días, lo ven como aprendizaje y no castigan a la gente por los errores, sino que exigen que se atiendan y resuelvan.
Esto me hizo conexión con lo que dice Gladwell y la pregunta es ¿qué problema estás resolviendo? O es acaso que ¿los estás evitando? Siempre deberíamos tener presente el problema en turno y centrar nuestro atención en ello.