Al inicio de mi proceso de titulación, mientras terminaba mi tesis, me dieron la oportunidad de apoyar como profesor asistente en algunas materias en la universidad. Tras mi titulación inicié a laborar en una empresa del giro de autopartes. Y, mientras mi carga de trabajo lo permitió, continué dando algunas clases.
Un día me invitaron a una reunión con los maestros de tiempo completo y con los directores pues vendría el representante de una firma de robótica, rama de una armadora automotriz internacional a dar una plática para todo el cuerpo de profesores de la carrera.
Al llegar me saludó uno de los maestros, un doctor en ingeniería, con bastante tiempo y renombre en la facultad, me miró y se dirigió a mi:
–Sabe, usted vale mucho para nosotros.
Sorprendido, me le quedé mirando, pues ciertamente yo carecía de muchos títulos y logros para estar al nivel de maestros con doctorado. Así que me atreví a preguntar:
–¿Por qué lo dice Doctor?
–Es muy simple, ¡usted trabaja! Usted está en la industria donde se aplica lo aprendido. Aquí somos muchos académicos y maestros de tiempo completo que no estamos trabajando con la industria. Así que su contacto con la industria es de mucho valor para nosotros.
El doctor se dio la vuelta y procedió a entrar al salón donde sería la plática. Yo me quedé pensativo y con un ligero sentimiento de orgullo. Entramos a la reunión y el representante de la empresa dio una interesante charla sobre el estado de la industria robótica en el país.
Al finalizar, el mismo doctor que me había hecho comentarios al entrar a la reunión, levantó la mano para preguntarle al representante de la industria sobre si los alumnos de nuestra universidad salían preparados para lo que ellos requerían.
El expositor hizo una pausa, miró al grupo, miró al doctor y comentó:
–Mire doctor, no me tome a mal lo que le voy a mencionar, pero la verdad es que los alumnos de su universidad no salen preparados para lo que nosotros requerimos.
Tras observar la mirada sorprendida y el murmullo que comenzó entre todos los asistentes, agregó:
–De hecho, ningún alumno de ninguna universidad en México, pública o privada, sale preparado para lo que nosotros requerimos. Por ello nosotros los preparamos cuando llegan a la empresa y antes de meterlos a la operación.
Hubo un silencio de reflexión en el aula donde estaban todos los maestros.
Lección aprendida
En ese momento, caí en la cuenta de que a mí me había sucedido algo similar. Yo había participado en un programa de 6 meses de entrenamiento para recién egresados en la empresa en la que estaba laborando. Había sido un programa muy intensivo, equivalente a un diplomado, más horas y horas de prácticas en diferentes empresas. ¡Yo había vivido esa realidad! Yo era evidencia de que las empresas se dieron cuenta de que no egresan profesionistas de las universidades como ellas lo requieren. Esas empresas invierten tiempo y dinero en complementar la formación de las personas que van a ingresar a sus organizaciones.
A lo largo de los años he visto como no todas las empresas están dispuestas o en capacidad económica de realizar lo que aquel expositor comentó y lo que yo en mi persona viví. Desgraciadamente, aprendí también que muchas empresas viven la ilusión de que pueden conseguir a alguien justamente como lo necesitan sin tener que invertir en su desarrollo.
Entendí en aquel momento que solo a través de aceptar la situación y buscar la persona más cercana a lo que se requiere y dedicando tiempo y dinero a su desarrollo se puede lograr contar con el grupo de trabajo que soporte los procesos y los esfuerzos de mejora de la empresa.
Los procesos de capacitación y entrenamiento están, en algunas empresas, muy deteriorados o simplemente son inexistentes o informales. Sin embargo, formar a la gente es una de las tareas más importante de las organizaciones.
Relatos de gestión y de calidad Vol. 1
En los últimos meses me he dedicado a escribir un libro que saldrá en dos volúmenes. La temática son Relatos de Gestión y Calidad acumulados a lo largo de +25 años de vida profesional.
Estos relatos, basados en historias reales, he tenido que adaptarlos ligeramente para evitar nombrar personas, empresas, y otros puntos que no son relevantes. Además he agregado algunos diálogos para mostrar el punto que me interesa.
El punto es compartir puntos que he vivido y que creo que otros o han vivido cosas similares o les podría ayudar conocer estos temas. Intento colocar una lección al final de cada relato que sirva de reflexión al lector para conectar con sus experiencias previas o para acceder a mi punto de vista sobre la situación.
El primer volumen ya está escrito y a punto de entrar en etapa de revisión y he decidido, mientras hago ajustes, compartir algunos borradores de algunas historias.