Mentiras que nos contamos


Ante la pregunta de ¿por qué el cielo es azul? Es muy probable que tu tengas una respuesta clara al respecto. Y posiblemente te muestres convencido y confiado de la misma.

Si tienes duda, es posible que reflexiones y llegues a una explicación y la expreses de la manera más confiada posible.

Cuando yo era pequeño, recuerdo que de alguien o algo recibí la explicación de que el cielo es azul porque refleja el color de mar. Tengo que aceptar que en aquellos años, dicha explicación se quedó conmigo por mucho tiempo. Aún cuando me cuestionara a mi mismo por qué el cielo se veía azul en medio del país donde no había nada de mar alrededor.

Con el tiempo aprendí que el color del cielo se debe a otra cosa, la forma en que la luz del sol se separa en colores por los elementos presentes en la atmósfera y que eso ocasiona el color azul. Del mismo modo el atardecer y el amanecer se ve rojo, pues ciertas longitudes de ondas son las que logran ser reflejadas en la atmósfera.

La cuestión es que por años mantuve una idea errónea en mi mente de cómo deberían de ser las cosas. Para mi fortuna, y del mundo, no tuve que defender, transmitir o utilizar dicha creencia para algo significativo.

Pero sucede que en lo laboral y profesional, a lo largo del tiempo, me he cuestionando algunas creencias que yo consideraba incuestionables respecto a la gestión, el aprendizaje y la gente. Y esa es mi reflexión de hoy.

¿Cuántas cosas que creemos que son ciertas no lo son? ¿Cuántas cosas que no son ciertas y las damos por verdades utilizamos en el día a día a nuestro favor, contra otras o pensando que de ese modo mejoramos las cosas?

Mucho conocimiento lo recibimos de buena fuente, a veces de oído, porque alguien dijo que alguien dijo que alguien dijo. No nos tomamos el tiempo de corroborar la veracidad de nuestras propias creencias.

En todo esto es de suma importancia contar con un esquema de pensamiento crítico, un pensamiento que cuestione lo que sabemos y que nos permita estar abiertos a cambiar nuestras creencias esenciales ante la evidencia de que no son totalmente ciertas.

En estos días vemos, en redes sociales, circular montones de creencias infundadas y a la vez fuertemente defendidas por su proponentes, cuando un poco de investigación nos lleva a la conclusión de que no son ciertas.

Nos gusta creer lo que queremos creer, nos gusta creer lo que nos deja tranquilos, nos gusta creer lo que le da sentido a nuestra historia interna y personal aunque no sea cierta. Ese es un riesgo, y un peligro, para el mando o gerente o empresario que está a cargo de gente, un área o una unidad de negocio.

Carl Sagan decía que deberíamos corroborar cada información que recibimos. Con el tiempo, me he vuelto más celoso de lo que creo y conforme voy corroborando puntos y elementos los voy incorporando a mi juego de creencias, otras todavía están siendo cuestionadas, otras me falta darme el tiempo.

La cuestión no es, decía Sagan, si nos satisface o no la conclusión a la que llegamos después de un razonamiento, sino si somos capaces de identificar cuál ha sido su punto de partida y de saber si este es cierto o es falso. Para hacerlo, es necesario aprender a construir planteamientos razonados y reconocer un argumento falaz -una idea falsa con apariencia de verdad- a través del pensamiento escéptico.

https://elpais.com/elpais/2016/03/03/buenavida/1457011430_052456.html

La lectura continua, a lo largo de los años, me ha ayudado a revisar mis conocimientos y creencias. Con cada nuevo libro encuentro, ya sea una confirmación de lo que sabía o un cuestionamiento a lo que estoy dando por cierto, pero podría estar equivocado.

El paso difícil es aceptarlo y abrir espacio para nuevo aprendizaje. Hace unos meses reflexionaba al respecto. La idea aún me ronda y me siento obligado a cuestionarme más al respecto. Nuestras creencias erróneas pueden ser obstáculos o barreras que nos impiden seguir adelante, que nos impiden crecer y evolucionar, que nos impiden adoptar los cambios para avanzar hacia un mejor futuro.

¿Qué conocimientos o creencias te has cuestionado con el tiempo? ¿Qué creencias has descubierto que no eran como pensabas? ¿Cómo evitas caer en la trampa de no saber lo que no sabes y no corroborar lo que crees que es cierto? El pensamiento crítico y el pensamiento escéptico son importantes hoy en día ¿los estás cultivando?


2 respuestas a “Mentiras que nos contamos”

  1. Totalmente parte de la mejora continua personal/profesional.

    A mis alumnos les tengo presentes una frase que me hace sentido para ello:

    «No te creas todo lo que te dicen, genera tu propio criterio. No te creas todo lo que te dices, cuestiona tus pensamientos.»

    Y cuestiono seguido todo lo que tenga que ver con la representación del amor a la pareja.

    A nivel profesional, no creer todo lo que piensan en relación a una persona, jefe, o proceso cuando he llegado a ser la «nueva» en el equipo de trabajo. Me permito entender el contexto y evitar malas prácticas que a veces me han querido «entrenar»/enseñar.

    • Excelente frase para tus alumnos. Necesitamos ser más críticos con nuestro conocimiento y crear nuevas generaciones de pensadores críticos.

      Buena práctica que has desarrollado. Gracias por compartir.