Yo me equivoco, tu te equivocas, todos nos equivocamos.
El error es una condición humana y aunque se puede minimizar en realidad nunca se puede eliminar al 100%. Existen muchas razones para el error.
Una de las situaciones donde más se presenta es durante el aprendizaje de una nueva actividad. La expectativa de entrada es que el aprendiz se equivoque. Si no se equivoca no aprende. De hecho no solo se equivoca, también cuando ejecuta lo hace lento.
Toma tiempo aprender y desarrollar una nueva habilidad y como ya hemos comentado, no basta con decirle a la gente que hacer. El aprendizaje correcto, generalmente, debe ir de la mano de un entrenamiento y una supervisión. En caso de no hacerlo, se puede caer en formar un mal hábito que, además ahora, será inconsciente y la persona realizará la tarea mal y sin darse cuenta.
Lo vemos con el no tocarse la cara, no tocar las superficies, colocarse correctamente el tapabocas, no tener cuidado durante las video conferencias y muchas otras situaciones más. El detalle es que durante la crisis es un mal momento para «entrenar a la gente», pues se requiere un buen desempeño y el aprendizaje implica errores y equivocaciones.
Formar hábitos toma tiempo, algunos autores señalan desde 20 horas, hasta más de 320 días para crear un hábito sencillo. ¿Entonces que hacer?
- Aceptar que la gente se equivoca.
- Aceptar que el aprendizaje de una habilidad toma tiempo.
- Realizar una comunicación continua.
- Realizar entrenamiento de la gente.
- Dar un seguimiento estrecho y reforzamiento. (Supervisión).
No hay de otra, sea un tapabocas o usar nuevas tecnologías, sea no tocar superficies o verificar la información antes de mandarla. Sea durante la crisis o fuera de ella. Toda la formación de hábitos toma tiempo.
Y tu ¿estás esperando que la gente aprenda sola? La mayoría no lo hace. En las empresas tenemos que implementar los procesos para dar seguimiento y entrenamiento. Solo así se logran los buenos hábitos.