Primero orden y limpieza


A lo largo de más de 25 años de vida laboral me ha tocado ver de todo en las empresas. Pero un punto que se repite y se repite es el desorden y la falta de limpieza en algunas áreas.

Casualmente, en dichas empresas, existen reclamos de falta de productividad, retrasos, tiempos de respuesta altos, paros por mantenimiento y en ocasiones baja moral.

El problema, tiene su origen:

Una falta de las 5s (orden y limpieza) en Gemba (lugar de trabajo) indica ineficiencia, muda (desperdicio), autodisciplina insuficiente, baja moral o estado anímico, mala calidad, altos costos y una incapacidad para cumplir plazos de entrega.

Masaaki Imai, Gemba Kaizen, Ed. McGraw Hill, 1998

Y esto se puede presentar tanto en oficinas, talleres, almacenes y fábricas. Y es un serio problema pues es un reflejo de la cultura de la empresa.

Si queremos cambiar, tenemos que empezar por cambiar nuestra cultura y no es fácil ni rápido. Tiene que ser un compromiso y una exigencia desde la dirección de la empresa. Sin ese compromiso, ninguna capacitación, ningún esfuerzo será duradero.

“La persona últimamente responsable de cualquier retroceso en las 5s (orden y limpieza) no es el trabajador individual, sino es el jefe.”

Hiroyuki Hirano

Es muy fácil caer en la ceguera de taller y perder conciencia de que nuestras instalaciones no cuentan con el arreglo y la limpieza requerida para una operación eficaz. Traer ojos externos puede ayudar a tomar conciencia. Pero solo a través de la conciencia de coómo la falta de orden y limpieza afecta la operación y del compromiso de cambio y participación a nivel directivo, poco valor tendrá cualquier iniciativa.

¿Has visitado todas las áreas de tu empresa? ¿Has abierto cajones, muebles y entrado a los almacenes y talleres? ¿Has revisado escritorios y la forma en que se ordenan papeles, archivos y hasta documentos en las computadoras? ¿Has visto a tu gente dedicar tiempo a buscar y no encontrar las cosas? Puede ser muy revelador y explicar algunos problemas en tu área o empresa.

En la cultura de la mejora continua, todo esfuerzo inicia primero con una iniciativa de orden y limpieza. Cualquier otra no tendrá efecto a menos que lo primero se cumpla.