Esta semana, tanto en visitas a clientes, como en comentarios en una entrada reciente, surgió el tema de la dificultad para dejar de ser experto cuando se asume una posición de mando o gerencia.
En una publicación pasada toque el tema del camino que sigue una persona cuando se convierte en mando y no se prepara para ello. Y que al no conocer lo que hace un gerente o mando, tiende a continuar operando y actuando como experto.
Soltar no es fácil. Voy a contar mi experiencia propia: Desde que estudié mi carrera me interesó el concepto de diseño. Al término de mis estudios había que escoger un subsistema, existía el de diseño, pero casi no se abría. Recuerdo que tuvimos que negociar con la universidad para que lo abrieran pues éramos muy pocos interesados. Inclusive llegué a escuchar que en México no se hacía diseño.
Avanzando unos años, concluí el subsistema, mi tesis se trató del tema de uso de sistemas computarizados para el diseño. Entré a trabajar, acabé en manufactura y luego finalmente llegué a Ingeniero de Diseño. Para mí eso fue como un logro. Recuerdo que invertí mis quincenas en comprar unos libros de referencia, el Manual del Ingeniero Mecánico, me compré unos libros de diseño y hasta una calculadora HP científica. Lo mejor en su momento.
Y empecé a trabajar en ello. Me sentí muy bien. Hacía lo que pensaba que era lo que tenía que hacer. De repente antes de un año, me acaban seleccionando para la gerencia.
Mi caso fue particular, yo había sido seleccionado para un programa de formación de futuros mandos. Me habían entrenado intensamente en manufactura y en administración. Yo no lo sabía en ese entonces, pero mi «futuro» había sido decidido años antes.
Así que la transición no fue tan complicada en lo «técnico». Yo sabía los temas que me demandaban como Gerente y además tuve que tomar un Diplomado en Administración Internacional y eso me proveyó de más herramientas para realizar la función de gerente.
El problema fue «lo emocional». Todo pasó muy rápido. Una de las tareas que tuve al asumir la gerencia fue reestructurar el área, eso tomó bastante tiempo y fue desde establecer una nueva organización, modificar y crear puestos, seleccionar y contratar personal, revisar y ajustar procesos, hasta concluir con la remodelación de las oficinas.
Un día, cuando todos se habían ido, estaba yo parado mirando a través del cubículo de los ingenieros (incluidos los de diseño). Observaba como había quedado la remodelación cuando en eso se acercó un amigo, me miró y me dijo: «¡Te gustaría ser el que estuviera ahí dentro!». Y tengo que aceptar que el comentario me cayó como balde de agua fría. Al final era cierto, yo quería ser el que estuviera haciendo el diseño.
Recuerdo que me quedé en silencio un momento y entonces le respondí «Sí, me gustaría, pero si no estuviera yo aquí afuera haciendo lo que estoy haciendo, no estarían ellos ahí adentro.»
Ese fue momento revelación. El momento en el que entendí que al aceptar la gerencia tiempo atrás, yo había aceptado dejar aquello por lo que había luchado y que hasta entonces se había convertido en mi «propósito». Aquello que tenía que dejar atrás para abrir camino a mi «nuevo propósito». El camino de ser Gerente.
No fue fácil. Ese fue el momento en el que «dejé de ser ingeniero» y me volví «Administrador» por así decirlo. Pasé de ser el experto a ser el «aprendiz en administración y gerencia». Y empecé a centrar todos mis esfuerzos en aprender esta nueva función, buscando el propósito y la motivación en ello.
Hoy más de 20 años mirando hacia atrás sigo aprendiendo sobre administración, administración de calidad, sistemas, procesos, y demás. He dado paso a que los expertos hagan su trabajo y aceptar mi camino, en el cual he encontrado una nueva pasión y propósito.
Eso no quita que cuando trabajo con un cliente, mi experiencia y conocimiento y formación como ingeniero me afloran cuando veo procesos técnicos y de diseño. Y me emociona ver a los otros diseñando, como aquella tarde en la que entendía que ya no era mi camino ser experto, sino apoyar los procesos y gestionarlos para que otros lo hicieran.
El primer paso es aceptar. Mi experiencia como experto fue corta y estoy seguro que para quienes tengan muchos años en ello, el cambio será más fuerte. Pero es posible. Hay que dar paso a las nuevas generaciones y caminar hacia delante sin mirar atrás.
¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Tu transformación? Y si aún estas pasando por ella, detente, respira, da gracias por todo lo que viviste como experto. Es una experiencia invaluable, fue una etapa, ahora es momento de avanzar, de evolucionar y de volverte experto en algo nuevo y e igualmente emocionante.
5 respuestas a “Dejar de ser experto”
Esta genial el articulo. Saludos.
Que bueno que te gustó. Gracias por comentar.
Totalmente enriquecedor
[…] y conocimientos antes de la promoción para asegurar un adecuado desempeño. Para mí fue un camino muy particular y lleno de […]
[…] nosotros, al llegar ante la posibilidad de ser gerentes, lo hacemos ascendiendo de las filas de los expertos. Esto es, venimos de ser buenos en algo, y de repente nos topamos con la realidad de que ser […]