Sincronización y Alineación


¿Has visto un reloj mecánico por dentro? Es una maravilla de sincronización y alineamiento. Cada una de las piezas está fabricada para embonar perfectamente con las otras.

Además cada uno de los engranes que realizan el movimiento tiene que estar perfectamente alineado. La menor falta de alineamiento puede ocasiones que haya roces o que el mecanismos se trabe.

Por otro lado, existe un mecanismo de muelle y trinquete que marca el ritmo al que el reloj libera su movimiento y eso permite que pueda dar la hora correctamente.

El tiempo requerido para garantizar el alineamiento y la sincronización viene tanto del diseño del mecanismos como de su manufactura y de su ensamble. Todo es cuidadosa y estrictamente ejecutado para garantizar el resultado.

Pero, en las organizaciones, somos más laxos, colocamos personas que no embonan en sus puestos, modificamos procesos y omitimos asegurarnos de la sincronía de los flujos de la información, creamos áreas y modificamos estructuras sin garantizar que estén alineadas con la empresa y con el resto del sistema. Y nos gastamos al ver que las áreas y el personal no pueden seguir con el ritmo que se exige.

Todo ello genera fricciones, ineficiencias, pérdidas, gastos ocultos, paros ocasionales y, en las peores de las situaciones, el degradamiento gradual de la operación.

Si el objetivo de una organización es trabajar de manera coordinada para dar un resultado ¿no deberíamos darnos el tiempo de asegurar cada componente, su alineación y su sincronía con el sistema? Es tiempo bien invertido y, de hecho, al no hacerlo ocasionamos problemas que nos consumirán tiempo más adelante en molestias, desgastes personales y problemas que atender y resolver.

Como mandos y ejecutivos debemos ser relojeros de sistemas de trabajo y tener la diligencia y el cuidado para asegurar la sincronía y la alineación de todas y cada una de las partes. Solo así se logran los resultados.

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