Acto aleatorio de bondad


Existe un artista en Nueva York llamado Devon Rodríguez, a lo mejor lo has escuchado o visto en redes sociales. El viene de una familia muy disfuncional y cuenta que cuando era pequeño se sentía aislado. Hace unos años decidió subirse al metro de NY y comenzó a dibujar a una persona al azar. Al terminar le entrega el retrato a la persona y entonces la magia sucede. Recibe todo tipo de comentarios, pero sobre todo la gente se siente conmovida de que alguien los haya notado. Devon menciona que su misión es que nadie pase desapercibido, hacer que la gente se sienta vista es muy importante para él. Cuando la gente, sorprendida del retrato, le dice que no tiene palabras para agradecer él les dice que es «un acto aleatorio de bondad».

Ahora bien como ejecutivo o mando ¿te has puesto a pensar que en tu empresa puede haber gente que se siente aislada y que nadie la nota o la considera? El simple hecho de notarla y considerarla puede detonar un enorme cambio en el ánimo de la gente y en su desempeño y no se diga en el clima laboral de tu empresa. ¿Cuándo fue la última vez que te acercaste a un colaborador que generalmente no consideras? El nuevo, el raro, el diferente, el callado, el que no hace olas. Esto se vuelve muy relevante entre más gente tienes a tu cargo, pues es esa situación en la que «dejas de conocer a tu gente».

Mucho se ha criticado, y también he escrito al respecto, de que la gente se queja de que «el jefe no baja a piso», «el jefe no nos visita», «acá no viene el jefe». Todo ello son situaciones indeseables y es importante que los mandos recorran sus instalaciones para saber de primera mano que está sucediendo en la empresa. Existen diferentes técnicas para ello, pero se centran en los procesos, en los recursos, en los problemas. En este caso quiero invitarte a que «bajes a piso» a platicar con «los olvidados», con aquellos que «nadie nota». Acércate, pregúntales cómo están, habla con ellos, escúchalos, pídeles que te muestren su lugar de trabajo, que te expliquen lo que hacen, siéntate a comer con ellos. Interésate por ellos. En otras palabras «nótalos» y realiza un simple «acto aleatorio de bondad».

Ha pasado mucho tiempo desde la época de la administración científica de Taylor, desde la época de los mandos pensantes y «la mano de obra». Hoy hablamos de que todos son colaboradores, de que la gente es el activo más importante, pero para que eso no se quede en frases vacías, es importante que vivas el concepto y bajes a conocer a tu gente. Hoy las cosas han cambiado, la gente busca más que antes un propósito, una conexión humana. Estamos, como diría Tom Peters, en una época que demanda Humanismo Extremo.

Así que organízate y realiza un acto de bondad con tu personal en la primer oportunidad que se presente.