La semana pasada estuve revisando con un cliente temas estratégicos de su empresa. El tema es pensar en las cosas que otros no piensan antes de que ocurran. Es un «juego» de tratar de anticipar lo que viene y asignar probabilidades para tomar acciones oportunas.
Siempre que tengo la oportunidad y recibo información que considero relevante, la reenvío a mis clientes con la esperanza de que, si no estaba en su radar, la incorporen a sus procesos de planificación estratégica.
Hoy, viendo el evento de Apple y el lanzamiento de su Vision Pro, me recordó un libro de 1979 que tenía cuando estaba por terminar la primaria, «Las ciudades del futuro», en el cual se anticipaban cosas que ya se volvieron realidad, como los GPS, los relojes inteligentes (tipo iWatch) y las pantallas gigantes en las casas. Claro que las pantallas ya existen hace tiempo, al igual que la idea de la realidad virtual mixta (mitad real y mitad virtual). Pero lo que presentan hoy es un punto de inflexión. ¿Evolucionará? ¿Lo aceptarán? ¿Sentará un precedente como lo hizo el iPhone? No lo sabemos y el reto es saber si debes considerarlo o no.
Mi lado «tecnológico» se siente atraído, como cualquiera, por la presentación. Hay un potencial enorme y, obviamente, habrá «situaciones no tan deseables» a considerar. Pero toda tecnología trae consigo eso de manera implícita. Sin embargo, no quiero dejarme llevar por la tecnología, quiero verlo desde otro punto de vista. Quiero que tú, estimado mando o ejecutivo, pienses en el siguiente escenario (suponiendo que ya viste el video de presentación del Vision Pro). Imagina que eres parte de una empresa o conglomerado dedicado a fabricar televisores y monitores.
Lo que presenta Apple, si evoluciona, tiene el potencial de tumbar tu mercado, tal vez no en un par de años, pero básicamente es como el automóvil y los televisores y monitores serán como las carretas. Si estabas considerando planes de desarrollo de nuevos productos, si estabas considerando planes de expansión de capacidad productiva, si estabas considerando quién de tus competidores estaba adelante de ti, de repente entra un nuevo jugador con el potencial de generar una disrupción enorme en tu mercado.
¿Para qué comprar un monitor si con un visor de estos puedes tener pantallas de tamaño ilimitado? El potencial de algo así es disminuir la fabricación de monitores y televisores. Menos uso de recursos, más amigable con el ambiente, pero también podría implicar pérdidas de empleo, infraestructura ociosa e incluso, si acabas de invertir en infraestructura, que esta se quede ociosa antes de terminar el pago de la misma.
Cadenas enteras de proveedores podrían verse afectadas: los que hacen las carcasas de los televisores y monitores, los de los circuitos, los que venden los robots de ensamblaje, los que los transportan, etc. ¿Ves el panorama?
¿Va a suceder? No lo sabemos, esa es la mera definición de un riesgo, algo que puede suceder o no y que puede tener un desenlace que puede o no ser predecible. Y eso es con lo que juegan los mandos. Podrías, en este escenario, ignorar este evento o podrías ponerlo en tu radar, o podrías abanicarte y convocar a reuniones de emergencia. Además, ¿y si tu gente ve la noticia y se inquieta y afecta tu productividad y desempeño? ¿Qué les vas a decir a las personas? ¿Qué les vas a decir a tus accionistas? ¿Qué les vas a decir a tu cadena productiva? Si ya lo tenías contemplado, bien, pero ¿y si no?
Y qué tal si, por estar trabajando y metido en esto de la cultura apagafuegos, ni siquiera ves la noticia y te enteras cuando ya esté en el mercado y tus vecinos te muestren un dispositivo de estos. A lo mejor, si te das cuenta y comienzas planes para anticipar lo que viene, cambiar líneas de producto o algún producto que te ponga a la vanguardia. Seguramente, los monitores y televisores no desaparecerán, pero el mercado se verá afectado y si tu porción del pastel se encoge, ¿cómo te mantendrás vigente y activo en él?
Estas son las cosas que vinieron a mi mente al ver este lanzamiento. Seguramente tú habrías puesto esto en tu radar desde que, en los años 2000, los japoneses ya tenían gafas para ver la televisión. Tal vez nuevamente estuvo en tu radar cuando Google quiso sacar sus lentes o tal vez estuviste muy atento al desarrollo del Oculus y esto es solo la continuación de eso. O tal vez nunca tuviste todo esto en tu radar y te van a agarrar desprevenido.
Muchos mandos se emocionan con la adrenalina del día a día. A mí, en lo personal, me gusta y me emociona pensar en el «y si… pasara esto». En los escenarios, en las alternativas, no para predecirlos, sino para considerarlos. Es la mentalidad del explorador viendo qué sucede a nuestro alrededor.
Hoy, cuestiono a mis clientes qué nuevos recubrimientos basados en nanopartículas podrían desplazar sus productos, o cómo les afectarán los autos autónomos, o qué pasará con el tema de la inteligencia artificial, no solo hoy, sino en un futuro cercano. Siempre debemos considerar lo que viene y estar atentos a lo que sucede. Y no solo en lo tecnológico sino en temas económicos, sociales, ambientales, etc.
Tal vez este lanzamiento o noticia no afecte tu mercado, pero hay otras cosas que sí. Haz un alto, revisa el entorno, anota en tu bitácora e incorpóralo en tu planificación anual.
Anticipar, anticipar y anticipar es el nombre del nuevo juego estratégico y, en el caso de Apple, el juego es innovar.