En ocasiones, las empresas se «traban» en la detección de problemas, la identificación de sus causas y en la búsqueda de soluciones. Existen múltiples razones para esto.
Super especialización
En la medida que dentro de las empresas especializamos a la gente se genera una visión de túnel en la que los expertos no pueden ver más allá de lo que saben. Esto es, su mismo conocimiento los limita a no considerar nada fuera de su campo de especialización. Esto es como el borracho que busca sus llaves bajo el farol donde hay luz en lugar de hacerlo donde perdió las llaves, simplemente por que donde hay luz puede ver la calle.
Los especialistas quieren resolver problemas en base a su conocimiento super especializado y esto les resta mucha flexibilidad y, tal vez, un poco de humildad para considerar soluciones fuera de su campo de especialización o tal vez provistas por alguien sin todas las «credenciales» requeridas.
Síndrome No se Inventó Aquí
Este es un tema cultural, un poco de orgullo tal vez. En este caso no aceptamos que venga alguien de fuera a decirnos como hacer las cosas. Por tanto nos cerramos a que solo si a nosotros se nos ocurre será válido.
Obviamente que lo anterior nos limita, pues existe un mundo muy grande afuera de nuestras empresas. Por ello se inventó el Benchmarking y la Ingeniería Inversa, para ir a ver que hacen los demás y, a partir de ahí, generar nuevas alternativas.
La realidad es que no hay ideas «únicas», todas son derivaciones de ideas previas, nuestras o de otros. Construimos el futuro sobre los hombros de quienes hicieron cosas en el pasado. Así que el pretender ser «original» es limitante.
Complacencia y Ceguera de Taller
La falta de una cultura de mejora continua y bajo liderazgo nos puede llevar a una condición de complacencia en la que nos acostumbramos a ver las cosas como siempre han sido y ya no nos las cuestionamos. Esto nos hace caer en un estado de «ceguera de taller» donde ni vemos los problemas, mucho menos sus causas y soluciones. Es como tener un velo continuo que no nos deja ver más allá de nuestras propias narices.
¿Qué hacer?
Como muchas cosas en el ámbito humano y empresarial, es cuestión de hábito. Es necesario inculcar hábitos basados en métodos que permitan combatir estos elementos:
- El manejo de equipos multidisciplinarios ayudar a combatir la super especialización y la visión de túnel. Gente con antecedentes y experiencias diferentes puede ver las cosas con una perspectiva diferente o única que puede destrabar las cosas.
- La implementación de visitas a otras empresas, la lectura de revistas y artículos de actualidad, el contar con una biblioteca en constante actualización y la asistencia a seminarios ayuda a abrir la mente a nuevas posibilidades.
- Invitar terceros a participar en la detección y solución de problemas puede ayudar a traer ojos frescos a situaciones en las que los expertos ya han agotado todas las posibilidades a su alcance. La visión del tercero puede ayudar a pensar fuera de la caja.
- Implementación de una cultura y hábitos de observación y cuestionamiento de lo que sucede a nuestro alrededor. Volver a la curiosidad para no caer en la ceguera de taller. Ver las cosas con los ojos del principiante.
- Implementar una cultura de mejora continua ayuda a evitar la complacencia. Pequeñas mejoras, pero continuas, genera una cultura de cuestionar y mejorar.
Todo lo anterior requiere de convicción, apoyo y participación por parte de los mandos de la empresa para proveer los tiempos y recursos para generar el cambio. Sucumbir a los elementos descritos previene a las empresas de mejorar y ser competitivos. Además puede ser desgastante para la gente el no poder encontrar soluciones por estar ciegos a nuevos alternativas.
¿Cómo maneja tu organización para evitar estos puntos y tener una perspectiva fresca de las cosas?