No importa tu carrera


Hace más de 25 años, en mi último semestre de la carrera, recibí junto con un par de compañeros una noticia de parte del director de la carrera. 

–El rector quiere verlos en una reunión mañana a las 11:00 am. Por sus promedios y desempeño fueron seleccionados para asistir. 

Así, sin más información, nos dirigimos a la rectoría, nos recibieron en la recepción de esta y nos pasaron por las amplias instalaciones de la rectoría. Al llegar a la sala de juntas encontramos que había otras personas más, todos de diferentes carreras. El rector nos informó que habíamos sido seleccionados para un proceso de evaluación con fines de contratación por parte de una enorme empresa transnacional. 

El día acordado, un par de compañeros de la carrera y yo, nos presentamos en la mencionada empresa en donde nos llevaron a una enorme sala de juntas con enormes ventanales y en la cual ya había otras muchas personas. Ya sentados nos informaron que nos aplicarían una evaluación. Respondimos por un buen tiempo los diferentes elementos de la evaluación. Al finalizar nos mencionaron que probablemente en un mes recibiríamos una llamada si éramos seleccionados. 

Una semana después yo recibí una llamada. 

–Buen día, revisamos tu caso y nos gustaría que te presentes a la brevedad para una entrevista. ­­

Me quedé pensativo, no había transcurrido el mes que me mencionaron. Aún así acepté la reunión y me presenté lo más formal que pude. 

Al llegar me sentaron en una pequeña sala de estar y la reclutadora me dio unas indicaciones: 

–Ahí en la mesa hay varios folletos, revísalos y me avisas cuando lo hayas hecho. 

Era una gran cantidad de folletos, cada uno correspondía a una especie de puesto o posición en la organización, los había desde funciones de mercadotecnia, finanzas hasta posiciones de manufactura. 

–Ya terminé de leerlos.

–Pasa, toma asiento. Mira, voy a serte muy clara, la posición para lo que te estamos solicitando es en el área de mercadotecnia. 

Me quedé bastante sorprendido, pues yo estaba en proceso de titularme como Ingeniero Mecánico con especialidad en Diseño Mecánico tras cuatro años muy intensos de estudio y esfuerzo. No sabía realmente que responder. Me mantuve callado por un tiempo, hasta que pude articular algunas palabras.

–No entiendo por qué me querrían para mercadotecnia si estoy por terminar ingeniería. Creo que no es lo mío. Yo quiero trabajar en algo relacionado con mi carrera. 

–Te entiendo. Sin embargo, para nosotros no es importante lo que has estudiado sino tus cualidades y tus habilidades. Nosotros somos una empresa de productos de consumo y aún así ¿sabías que nuestro director de Latinoamérica es Ingeniero Nuclear?

Tengo que aceptar que me sorprendió bastante la declaración. En aquel momento mi cerebro no procesó correctamente la situación. Eran ideas totalmente encontradas que hacían corto circuito en mi cerebro. Continuamos la plática por varios minutos más y al final nos despedimos. Yo comenté que por el momento no me interesaba, que quería dedicarme a mi carrera. 

Lección aprendida

Hoy más de 25 años después de aquel encuentro, no trabajo ya más en mi carrera propiamente, mi trabajo profesional dio un giro muy grande a lo largo de los años. Hoy me queda muy claro que muchas empresas buscan al talento correcto y no a la carrera correcta. Las carreras ayudan a evidenciar los talentos de la gente. Los procesos de selección, desde aquel entonces, en esas empresas de vanguardia, se basaban más en el potencial de la gente y sus competencias, no en la carrera que habían estudiado.

Hoy veo empresas aún revisar los currículos buscando pepitas de oro en los estudios de las personas. Hoy he aprendido que nuestros estudios no nos limitan y mucho menos definen nuestro ejercicio profesional. Hoy sé que debemos estar abiertos a conocer nuestras fortalezas y aplicarlas de la mejor manera a las tareas que empatan mejor con ellas. El conocimiento, al final, es algo que debemos cultivar toda nuestra vida. 

Nuestra carrera no define al 100% nuestra vida profesional. Es, en mi opinión, solamente un trampolín para entrar al mundo laboral. En ese mundo, tendremos que adaptarnos lo mejor posible y continuar aprendiendo para dar lo mejor de nosotros y si es necesario, ajustar sobre la marcha. 

Relatos de gestión y de calidad Vol. 1

En los últimos meses me he dedicado a escribir un libro que saldrá en dos volúmenes. La temática son Relatos de Gestión y Calidad acumulados a lo largo de +25 años de vida profesional. 

Estos relatos, basados en historias reales, he tenido que adaptarlos ligeramente para evitar nombrar personas, empresas, y otros puntos que no son relevantes. Además he agregado algunos diálogos para mostrar el punto que me interesa. 

El punto es compartir puntos que he vivido y que creo que otros o han vivido cosas similares o les podría ayudar conocer estos temas. Intento colocar una lección al final de cada relato que sirva de reflexión al lector para conectar con sus experiencias previas o para acceder a mi punto de vista sobre la situación. 

El primer volumen ya está prácticamente escrito y a punto de entrar en etapa de redacción y he decidido, mientras hago ajustes, compartir algunos borradores de algunas historias.