El desafío más grande


En la vida nos encontramos con desafíos. Algunos más grandes que otros. Algunos pasajeros y otros perdurables.

Tal vez uno de los desafíos más grandes es aprender a sortear, si no es que a superar, una debilidad en nuestra propia persona.

Estos desafíos pueden acompañarnos mucho tiempo y eventualmente pueden volverse una piedra en el zapato en nuestro día a día. En otras ocasiones, se ocultan por semanas, días, meses o años, solo para resurgir como gran volcán en erupción y sin previo aviso.

Superar estos desafíos puede ser una tarea de largo plazo. Con pequeños triunfos y recaídas continuas. El problema es darte cuenta que has recaído cuando ya ha sucedido. Y desgraciadamente es difícil, sino imposible, deshacer la situación.

Para cada quien el gran desafío es diferente. Para mi el gran reto tiene que ver con el manejo de ciertos elementos de las relaciones interpersonales y las emociones asociadas.

Al final, somos humanos, no es justificación, pero lo somos y como tales fallamos. Nos esforzamos, intentamos, pero a veces, fallamos. Podemos intentar ocultar nuestro desafío, luchar por el en privado o en silencio, pero ahí está.

La idea es recordar que no solo nosotros estamos padeciendo un gran desafío, sino también nuestros clientes, colaboradores, jefes y familiares.

Sentir empatía por nuestra situación propia y por la de los demás puede ser tal vez un punto inicial para la toma de acciones que lleven a superar o sobrellevar este gran reto.