¿Me entiendes?


Seguramente en alguna ocasión al estar hablando con alguien te viste tentado a decir, o expresaste, esta frase de ¿me entiendes?

Esta frase tiene un problema, y es que pone la responsabilidad en nuestro interlocutor y nos libera a nosotros mismos de cualquier responsabilidad sobre un mensaje confuso, mal estructurado y mal comunicado.

Hace muchos años escuché la frase «No se dice ¿me entiendes?, se dice ¿me explico?«. Esta frase cambia por completo el asunto pues ahora soy yo mismo el responsable de que la otra persona comprenda mi mensaje.

Todos nos comunicamos a diario. Es parte de nuestra esencia como seres humanos. Esa comunicación puede incluir el transmitir hechos o datos, definiciones, inclusive instrucciones. Sin embargo, el explicarle algo a alguien es de suma importancia, pues través de dicha explicación pretendemos cambiar puntos de vista o incitar a la gente a la toma de acciones. De ahí su relevancia a nivel general, pero en particular, en el ámbito laboral.

Si eres un experto, tienes que explicarle a la gente. Si eres un mando, tienes que explicarle a la gente. Si tu eres un empresario, tienes que explicarle a la gente. El problema no es si lo hacemos o no, o si tenemos o no que hacerlo. El problema es que lo hagamos de modo que logremos transmitir nuestro mensaje correctamente a fin de que el otro entienda, y que logremos su reflexión y la toma de acciones.

Explicar es nuestra responsabilidad. No debemos confiarnos que por hablar lo hacemos bien. Existen muchos factores que pueden «estropear» nuestras explicaciones y dejar a la gente con más dudas que con claridad de ideas, y por lo tanto, evitar la reflexión y la toma de acción.

Explicar implica muchas cosas que a veces no sabemos o no consideramos:

  • Uno de los más importantes es, tal vez, el tener claro quien es la audiencia de nuestra explicación. La explicación va a variar en base a quien nos dirijimos.
  • Otro punto relevante es tratar de estimar qué es lo que saben los demás del tema y no suponer que saben lo mismo que nosotros.
  • No establecer un contexto apropiado limita la calidad de las explicaciones.
  • El uso de un lenguaje complicado y rimbombante es uno de los grandes obstáculos para una explicación efectiva.
  • Incluir demasiada información, el mal del experto, de la persona con mucha experiencia, es otro de los puntos que previene de mandar un mensaje claro.
  • Y la lista continúa y continúa y continúa.

Explicar es algo que necesitamos hacer. Pero no es algo que aprendemos a hacer. Por ensayo y error hemos encontrado una forma «aceptable» de hacerlo. Aunque no es suficiente si queremos o requerimos resultados sobresalientes.

Se pierden muchas horas explicando y no logrando que los otros comprendan el mensaje. Se desgast la relación interpersonal y el ambiente de trabajo cuando el mismo mensaje, mal transmitido, se envía una y otra y otra vez sin resultados.

A lo largo de los años, he experimentado múltiples situaciones en las que mis explicaciones fueron en vano. Y eso causa frustración. La frustración no debe de ser un obstáculo o algo que nos paralice. Debe de ser un aliciente, un trampolín por así decirlo, para impulsarnos a mejorar.

Para mí, los últimos 12 años han sido un esfuerzo constante para aprender, poner en práctica y mejorar mis habilidades de explicación. Creo que con el tiempo he logrado mejorar aunque siempre hay camino por recorrer.

Cuando te logras explicar, no es por que tú mismo lo dices, es porque los demás lo dicen:

Cada sesión que tuvimos, nos brindó mucha claridad sobre el tema del que hablamos. La forma de transmitir la información fue con lujo de detalle, de una manera muy visual y con las herramientas necesarias para hacer cada tema muy fácil de entender y aplicar en la empresa.

C.G. – Director General

Luis posee una gran facilidad para ilustrar los temas a los participantes … lo que nos permite visualizar y segmentar cada idea.

G.T. – Director Comercial

El uso de su conocimiento y experiencia explicados a través de diversos medios… han sido de gran valor para asimilar de manera mas rápida y efectiva los conceptos aún mas complejos en beneficio de nuestros objetivos empresariales.

M.C. – Gerente General

Desde hace más de dos años Luis Iturriaga nos ha dado consejos capacitadores y asesoría que esclarece el rumbo de cada uno de nuestros puestos clave, lo hace de forma didáctica y puntual.

E.L.U – Director

Explicar es una habilidad fundamental, de la que luego no hablamos mucho. Así que en próximas publicaciones pretendo ir tocando, poco a poco, este importante tema.

La interrogante es ¿cuánto tiempo dedicas a mejorar tu habilidad de explicar las cosas a los demás? ¿Qué estás haciendo para explicar mejor? ¿Pides retroalimentación? ¿Te ha frustrado no poder hacerlo correctamente? ¿Pides ayuda? Dicen que si no puedes explicar algo de modo que un niño de 6 años o tu abuela lo entienda, tienes mucho que mejorar.

Cuéntame tu experiencia, me dará gusto leerla y comentar.