Visita Inesperada


Recuerdo que hace muchos años, cuando trabajaba en una fábrica, de vez en cuando nos llegaba la noticia de que el director general andaba deambulando por la planta. Eso no agradaba al gerente general, pero el director gustaba de meterse solo hasta la cocina y ver y hablar con los colaboradores.

De igual modo, al gerente general, les gustaba, de repente meterse en las juntas de la empresa. Entraba y se sentaba atrás a escuchar. En ocasiones salía antes de que terminara la reunión. En otras se quedaba a interactuar y opinar. También era de darse sus vueltas no anunciadas.

Ambas me parecen prácticas adecuadas, pues permiten al gerente o directivo ver directamente lo que sucede en sus empresas. De hecho se considera una muy buena práctica que los mandos estén en el piso recorriéndolo. Ya he comentado anteriormente que, realizando un diagnóstico a una empresa, al entrevistar al personal, surgió el comentario «¡Uyy no! Aquí el jefe nunca viene», haciendo referencia a que el gerente general nunca visitaba la planta.

Estar cerca de la gente y de la operación es fundamental para el mando, en ningún momento se debe uno alejar totalmente, pues se puede caer en desconectarse de la operación, desconectarse de lo que sucede en ella y de las áreas de oportunidad.

Uno de los principales beneficios de recorrer la organización, en mi opinión, consiste en «atrapar a la gente haciendo las cosas bien», como diría Ken Blanchard.

Otro sería el poder mostrar interés en lo que hace la gente y que se sientan tomados en cuenta y además apoyados. Recuerdo que hace muchos años, un equipo de trabajo y yo estábamos, el fin de semana anterior a un proceso de certificación, trabajando día y noche para revisar que todo estuviera bien. Era un domingo por la tarde y en eso entró el gerente general y nos preguntó cómo estábamos y cómo íbamos. Después de escucharnos se retiró y al poco tiempo regresó con un montón de cajas con pizzas. No habíamos comido en todo el día.

Fue un momento interesante y sirvió para levantar la «moral de la tropa». Creo que en estos días de trabajo a distancia, es muy fácil alejarse de la operación. No está de más darse la vuelta por uno de las decenas o cientos de sesiones de trabajo en línea y entrar a escuchar, a apoyar y a brindar unas «palabras de aliento a la tropa». Inclusive se puede visitar, con las medidas adecuadas, a quienes están físicamente en la organización.

Y aunque todos los mandos deben de hacer esto de manera rutinaria, cuando el siguiente nivel se aparece, pregunta y se interesa, genera un gran sentimiento en la gente. Lo importante son recorridos que no se conviertan en sesión de micro control o control por parte del mando, sino visitas para observar, reconocer lo bien hecho y detectar áreas de oportunidad.

¿Ya te has dado la vuelta reciente por tus instalaciones físicas y virtuales? ¿Lograste atrapar a tu gente haciendo las cosas bien? ¿Se los dijiste? ¿Detectaste un área de oportunidad?