Se acerca el fin de año y tanto a nivel personal como en las empresas es el momento de establecer lo que queremos lograr en los meses venideros.
En talleres sobre planeación estratégica acostumbro preguntar a los participantes sobre algún objetivo personal que tengan. Generalmente obtengo diversas respuestas como titularse, comprar una casa o auto, casarse, estudiar una maestría, etc. Sin embargo, en cada ocasión les comento que esos son deseos y no objetivos.
Un objetivo va más allá de lo que simplemente buscamos. Un objetivo requiere al menos una meta y una fecha límite para alcanzar dicha meta. (Cumplirlo es otra cosa y hablaré de ello en otra ocasión).
Decir que quiero comprar un Vehículo de una Marca o Modelo específico y que lo quiero tener para el 30 de marzo de 2020. Suena más a un objetivo.
Sin la fecha, no hay necesidad de esforzarse, no hay necesidad de hacer algo. Una fecha por el contrario, nos lleva a realizar una planeación para lograr la meta del objetivo. Con una fecha y una meta que alcanzar para el objetivo, el establecimiento de las acciones requeridas para ello es un camino casi directo.
Regresando al objetivo del auto, con la meta de un modelo específico en una fecha específica, ahora podemos establecer actividades y fechas como:
- Investigar los costos del auto en particular.
- Investigar las opciones de financiamiento.
- Investigar los precios en diferentes agencias de autos.
- Definir una estrategia para obtener los ingresos requeridos.
- Realizar los trámites solicitados.
- Etc.
Sin una meta, una fecha límite y un plan, los objetivos son solo deseos. Nos hacen creer que solas sucederán cosas que nos proporcionen lo que buscamos. Por el contrario, al tener todo definido y crear un plan, establecemos acciones para avanzar en el camino de obtener lo que era nuestro objetivo inicial. Y esto es el primer para para lograr lo que queremos.
¿Y tus objetivos están bien definidos o son solo deseos?