Artesanos, Apagafuegos y Gerentes con Sistemas


A lo largo de los años he podido observar diferentes tipos de empresas y gerentes, además, esto ha sido objeto de discusión con varios empresarios y directivos.

Lo curioso es que estos tres tipos o modelos de llevar las empresas funciona y puede crecer, pero a la vez, son diferentes en su forma de operar y en la carga emocional que conllevan hacia el empresario, los gerentes y el personal.

Artesano

El modelo artesano es aquel basado prácticamente en expertos que hacen de todo. Ellos conocen de la venta, la operación, las finanzas y cualquier detalle del negocio. Ellos son buenos para prácticamente todo y si quieren algo bien hecho, lo hacen ellos. El negocio existe por ellos, son personas altamente especializadas que han alcanzado un elevado grado de maestría en lo que hacen. Esto lo hace muy difícilmente reemplazables.

Las ventajas es que los artesanos proveen un servicio personalizado y en ocasiones ágil. Pueden ser escrupulosos y les gusta que las cosas salgan bien y controlan muchos detalles.

La desventaja es que el negocio depende del artesano, si el no viene, el negocio no funciona. Si él se separa, la calidad y la consistencia se ven afectados. Este modelo puede llegar a pesar mucho en el artesano en forma de estrés y desgaste.

El artesano puede desarrollar aprendices que lo apoyen y poco a poco asuman ciertas tareas, pero es un modelo lento. Sin embargo, puede ser muy gratificante para el artesano, ya que él disfruta de hacer lo que hace.

Apagafuegos

Este es un modelo muy común, es un modelo que puede evolucionar del artesano, cuando se aprende a delegar tareas a otros. La primera generación de subordinados hacen que las cosas funcionen, pero el crecimiento y la rotación de personal, poco a poco hace que las cosas se deterioren.

Se dejan de cuidar los detalles en algunos casos y en otros las mejoras son sustanciales, pero en el conjunto, la empresa empieza a padecer de problemas y, eventualmente, todo mundo en la empresa evoluciona para manejar las emergencias que se presentan.

La gente que triunfa en este entorno es altamente reactiva. Hay muy poca planeación y casi cero prevención. En esta empresa acaba trabajando gente que ama la adrenalina de resolver en el momento y se pueden volver excepcionalmente buenos en ello. Son ambientes muy tensos y llenos de estrés.

Lo común es que existan los héroes que saben hacer las cosas y resolver problemas. Pero la empresa depende de estas personas y ante su ausencia, al igual que con el artesano, las cosas se comienzan a desmoronar. Es un ambiente muy retador y puede crecer rápidamente, pero en general llega a un punto en que el mismo desorden y reactividad les impide continuar creciendo y se pueden estancar.

Gerencia con Sistemas

El reto de la administración o de la gestión (no confundir con el área administrativa de una empresa), consiste en crear procesos y sistemas que en conjunto con gente competente para cada tarea, los métodos de trabajo adecuados y la infraestructura correcta, permitan dar los resultados sobresalientes y consistentes. Bien llevado, este modelo puede generar un ambiente de orden y crecimiento y un sentido de que todo marcha sobre ruedas y se puede generar un buen desarrollo.

Este modelo requiere de conocimiento y mucho orden y disciplina. Es un entorno que genera que todo mundo sepa lo que debe hacer y tiene que ser complementado con procesos de planeación, gestión de riesgos, solución de problemas, mejora continua e innovación para evitar el estancamiento de la empresa. Esto no necesariamente inhibe la creatividad y la libertad de operación, que es una de los «peros» que he escuchado para no adoptar el modelo.

Una gestión basada en sistemas mal llevada puede convertirse en un sistema altamente burocrático que paralice a la operación y su desarrollo. También, al no depender tanto de la gente puede generar rotación y perdida de talento valioso, por eso hay que contar con los procesos de retención de talento adecuados.

Cada uno de estos sistemas puede existir y hacer crecer al negocio. De hecho, no existen empresas con un modelo puro. Generalmente son híbridos en diferentes parte de las empresas y eso complica las cosas.

Lo importante es darnos cuenta de que modelo preferimos y si la empresa en la que estamos es acorde a esa preferencia. También hay que identificar que buscamos para nuestra persona, nuestra gestión y nuestros colaboradores. Yo he escuchado de gerentes que su gente dice que «si no tienen una urgencia, la crean para poder atenderla». Para ellos los sistemas no son preferidos y no están dispuestos a adoptarlos. Por otro lado, gerentes que gustan de los sistemas, se pueden topar con pared en culturas de apagafuegos muy arraigados; culturas donde la gente ha triunfado sin sistemas por años.

¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Qué modelo promueves? ¿Cuál prefieres? ¿Crees que alguno sea mejor que los otros?