Hay una frase en inglés «We do not know, what we do not know«, que básicamente se traduce como: «No sabemos lo que no sabemos«.
Desde el punto de vista entrenamiento es lo que se conoce como una persona «incompetente inconsciente«. Es el que no sabe que no sabe. Esta es una persona que hace cosas pues no sabe que no puede. Esto puede ser un arma de doble filo.
Recientemente escuchaba que el fundador de AirBnB, el portal en internet para la renta de casas y cuartos a nivel mundial, no sabía absolutamente nada de hotelería, ni conocía los términos de la industria cuando fundó su portal. En este caso la «ignorancia«, la «incompetencia inconsciente«, le permitió ver más allá de lo establecido, salirse del «estatus quo«, por así decirlo.
El exceso de conocimiento puede generar exceso de confianza, inmovilidad, parálisis, en cambio, la ignorancia puede ser una «bendición» que nos da la valentía para actuar.
Sin embargo, hay casos en que es todo lo contrario, tomemos el reciente evento en México en donde ante una fuga de combustible en un ducto, cientos de personas en su «ignorancia«, en su «incompetencia inconsciente«, al no saber que no sabían, se armaron de valor para recolectar el combustible. Esto sin conocer los riesgos que representa un líquido tan volátil en esas condiciones. El resultado: la tragedia que todos conocemos.
Entonces por un lado, no saber que no sabemos puede ser la oportunidad para la creatividad, pensar fuera de los límites y lograr el avance y la innovación. Por otro lado, no saber lo que no sabemos puede ser la receta para el desastre y para echar a perder las cosas.
Muchos empresarios comienzan sus empresas sin saber, en el camino aprenden y ajustan y mejora y las empresas sobreviven. Otros empresarios, al no saber, hunden a sus empresas y desaparecen.
Algunos gerente igual, al no saber, asumen el valor de tomar las riendas, escuchan, observan, aprenden, estudian y sobresalen. Otros, al no saber que no saben lo que implica la función, acaban por desempeñarse mal, generan un mal ambiente de trabajo y finalmente terminan saliendo.
Como sea, el hacer cosas en un estado de «incompetencia inconsciente» nos debe de llevar a un aprendizaje y a una reflexión, eso nos permite crecer y mejorar. La incompetencia inconsciente generará más fallas y errores que aciertos. Pero son justamente esos errores los que nos permiten aprender. Esos errores nos llevan a la «incompetencia consciente«, «el que sabe que no sabe«. Y esa es la condición necesaria para estar abiertos al aprendizaje y poder mejorar.
Si no aprendemos de los errores, eventualmente nos pasará como ese dicho: «Los panteones están llenos de tontos y valientes«, o puesto de otro modo: «Los panteones están llenos de aquellos (gerentes y empresas) que no sabían que no sabían«.