Cuando pregunto esto en talleres a ejecutivos, mandos y gerentes la respuesta que obtengo de respuesta es “para evitar las caries”, “para tener una dentadura sana” o algo similar.
Cuando les digo que no es por eso, me miran con ojos de asombro. Entonces menciono que esa es la razón por la que les enseñaron a lavarse los dientes.
La verdadera razón por la que nos lavamos los dientes es porque alguien nos formó el hábito de hacerlo.
«Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto; es un hábito.»
Aristóteles
Ya he expuesto algunas razones por las cuales la gente no hace lo que tiene que hacer, sin embargo, la falta de hábito es una de las fuertes razones.
Dedicamos mucho tiempo a revisar los currículos de los candidatos a un puesto para determinar su competencia. Verificamos su perfil y sus conocimientos y experiencia, pero no le damos mucho peso a la habilidad y a los hábitos que trae.
Si una persona no llena un formato o si lo llena, si una persona mantiene una agenda o no lo hace, si una persona lleva notas de las juntas con los clientes o no lo hace, si una persona analiza un problema antes de proponer acciones o no lo hace. Todos estos casos tiene que ver con si la persona tiene o no el conocimiento, pero también si tiene o no el hábito de hacerlo.
¿Cuanta gente sabe que debe tomar agua a diario y no lo sabe? ¿Cuanta gente sabe que debe hacer ejercicio y no lo hace? ¿Cuanta gente sabe que debe usar el equipo de seguridad y no lo hace? En muchos casos no es cuestión de conocimiento, es cuestión de hábito.
Desarrollar hábitos no es imposible, tampoco difícil, a veces es tardado y en ocasiones la persona no puede hacerse del hábito por si misma.
La formación de hábitos tiene que ver con el entrenamiento en piso y la supervisión efectiva. Aunque creo que en las empresas se da más peso a la capacitación (conocimiento) y al ideal de que la gente se forma hábitos solos.
¿Cuantos hábitos te has formado tú solo? ¿Para cuantos requeriste un apoyo?
Yo a veces pienso que a las empresas les hace falta el CHO (Chief Habit Officer, el Director en Jefe de Hábitos). Esto es, alguien que establezca las políticas y mecanismos para formar en la gente los hábitos requeridos por la organización, en todas las áreas y a todos los niveles.
La formación de hábitos tiene que ver con el entrenamiento en piso o la formación en el lugar de trabajo y no tanto con la capacitación.
Obviamente, entre mejor la selección de personal menor el tiempo de entrenamiento. Pero a seleccionar correctamente al personal es otra cosa que requiere atención en algunas empresas.