Es más, ¿qué fue lo último que aprendiste en este año? Hoy es el último día del año y vale la pena reflexionar sobre el tema, sobre todo en vísperas de las listas de propósitos de año nuevo.
En talleres sobre entrenamiento, yo acostumbro preguntar a los participantes, la gran mayoría mandos y gerentes, ¿qué fue lo último que aprendieron? Y en más de una ocasión me encuentro con un silencio abrumador. A los participantes les cuesta trabajo recordar que fue lo último que aprendieron. Algunos cuentan de algún curso que tomaron, pero yo les aclaro que quiero saber lo último que aprendieron a hacer, no lo último que conocieron.
¿Y porque es importante esta reflexión? En el día a día nosotros necesitamos que nuestro personal haga cosas, y en ocasiones, cosas nuevas. Desgraciadamente, esperamos que lo hagan de inmediato y con un alto desempeño.
Cuando una persona reflexiona sobre lo que ha aprendido últimamente, usar un programa, analizar datos, reparar una puerta, etc., es posible darse cuenta que dicho aprendizaje implica varias etapas o pasos:
- Tiene que haber una necesidad o intención
- Es necesario algún tipo de conocimiento
- Hay que practicar
- Hay que equivocarse
- Hay que volver a practicar
Todo ello toma tiempo, desde un par de días hasta semanas o meses. Ello depende de la tarea y de la competencias inicial de la persona.
Para mí es importante siempre estar conscientes del proceso de aprendizaje para tomarlo en cuenta cuando le pedimos a la gente que haga cosas nuevas, o que implementen cosas nuevas en las empresas.
Como último día del año, no está de más, en nuestra lista de propósitos gerenciales, aprender a entrenar y si es necesario, aprender a aprender primero. Estas serán dos habilidades muy importantes en la creación de una cultura que involucre personal autónomo.
¡Feliz año 2019!