Hace muchos años tuve la oportunidad de cursar un programa de Negociación e Influencia positiva. En este tipo de programas aprendes sobre múltiples técnicas y estrategias para negociar y lograr generar influencia en otras personas.
En los últimos años en México y ahora en el vecino. Es interesante ver como los mandatarios adoptan un estilo y se apegan a él. Más que ser una navaja suiza que posee múltiples opciones, son como un martillo que pretende destrozar a las opiniones de otras.
No es que la técnica no funcione, puede hacerlo y en ciertas ocasiones funciona, pero a nivel países, el ideal de la diplomacia, seguirá siendo eso, un ideal al que aspirar.
Como mandos y ejecutivos tenemos que conocer múltiples estilos de negociación e influencia y evitar ser «esa persona con el martillo». A nivel empresa, aunque puede ser un estilo de gestión y liderazgo, puede llevar a las empresas a estados continuos de crisis y eventualmente al colapso.
En un libro de Ken Blanchard, (¡Bien Hecho!) narra una historia de un ejecutivo que es estilo «martillo» y no logra que su gente haga las cosas. Viaja a uno de esos parques que tenían espectáculos de Orcas (mal llamadas ballenas asesinas) y queda sorprendido de cómo los entrenadores logran que aquel animal coopere y haga el espectáculo. Al finaliza el ejecutivo se acerca al entrenador y le cuenta su caso de ser duro, gritón y como martillo. El entrenador le dice, yo no puedo hacer eso con la Orca, me mordería. Y de ahí se desprende todos los principios del libro para lograr el cambio a través de la convicción más que a través de la intimidación.
Todo lo que sucede a nuestro alrededor es una lección y caso de estudio.
¿Qué opinas de ser martillo? ¿Cuál es tu enfoque para negociar e influir? ¿Usa solo una técnica o conoces otras?