Ser mando en una empresa es como ir en una lancha en un río con rápidos. Subes, bajas, te vas de lado, golpeas, a veces te vuelcas y te vuelves a subir, así todo el día, todos los días.
Sin embargo, es bueno, de vez en cuando, orillarse y bajarse y ver el río fluir más que andar metido en él. Esto es lo que se conoce como un análisis de situación y aunque muchas veces lo hacemos «sobre la marcha», es importante darse el tiempo de reflexionar.
En las últimas semanas he andado con múltiples empresas en ese ejercicio, revisando tanto el entorno interno (cultura, enfoque, sistemas, procesos) como el entorno externo.
Es interesante ver como gerentes y directores reflexionan sobre sus operaciones, sus fortalezas y debilidades y sobre lo que sucede fuera de la organización que les podría afectar, para bien o para mal hacia adelante.
No se puede predecir el futuro, pero revisar las operaciones (hacia adentro y hacia afuera) permite alinear a los mandos y las estrategias hacia adelante.
Son fechas de hacer estos eventos, sobre todo viendo la inestabilidad e incertidumbre del entorno. No para asustarse, sino para poner los pies en la tierra y determinar la mejor forma de sortear la tormenta.
Haz un alto, date tiempo, analiza la situación de tu empresa.