En una interacción reciente con un director de una empresa me comentaba que la gente es poco curiosa. Su reflexión iba por el lado de que como mexicanos, algunos no dan el extra que implica investigar y cuestionar para entender algo. Su preocupación es que la gente es dependiente de que otros les marquen el rumbo en vez de buscar información y as soluciones por si mismos.
Reflexionábamos que es un tema cultural y, a la vez, de educación. En otros países se enfatiza mucho la actividad de hacer investigación (research) para luego escribir un ensayo. En dicho ensayo va tu reflexion inicial, tu investigación, tu razonamiento y tus conclusiones. Te formas para buscar información y no esperar a que te llegue «peladita y en la boca».
Obviamente, recibir las cosas peladas y en la boca nos hace flojos y conformistas. No tenemos que asumir responsabilidad, pero es algo que generamos o toleramos en las organizaciones. Es más práctico y funcional dar las respuestas que esperar a que la gente desarrolle la habilidad.
El desarrollo de habilidades toma tiempo y tiene que ser un proceso consciente y planeado. Y ahí es donde creo yo que está la oportunidad para que como mandos y ejecutivos conozcamos y formemos a otros en esas «habilidades de pensamiento» y «habilidades de investigación» que les permitan recopilar información, procesarla y sacar conclusiones. Además de la tenacidad para hacerlo.
En el momento es desesperante y frustrante, pero el papel del mando es desarrollar y ayudar a la gente a crecer. He ahí el reto.