En una interacción reciente con un director, me expresaba su reflexion (inclusive un poco de frustración) a que a pesar de los mejores esfuerzos de selección en mandos de alto nivel, salían buenos en una cosas, pero malos (o muy malos) en otras. El problema, obviamente es tener que atender las consecuencias de aquello en lo que son malos.
El tema es que un mando, sobre todo de cierto nivel, necesita de flexibilidad y de ser multihabilidades. Lo suyo no es la especialización. Al contrario, es la generalidad y el reto es volverse «lo suficientemente bueno» en una serie de actividades. Es imposible ser bueno en todo, pero eso no debe de prevenir al mando o ejecutivo de desarrollar hasta donde sea posible toda la gama de habilidades que se espera de ellos.
Además, el tema es que el mando no debe ser solo «suficientemente bueno» en su especialidad, sino como se ha dicho hasta el cansancio en temas de habilidades interpersonales (o blandas, como dicen por ahí). Todo lo que tiene que ver con la interacción humana, desde el liderazgo, la comunicación, manejo de conflictos, los procesos de aprendizaje en adultos, negociación y demás.
Pero resulta que también, como mandos, es necesario volverse «suficientemente bueno» en temas de gestión, cambio organizacional, pensamiento crítico y, en mi experiencia, Claridad de Ideas.
Así que estimado mando y ejecutivo, recuerda que en tu plan diario, mensual, anual de desarrollo esté el continuamente avanzar en ser esa persona multihabilidades a un nivel «suficientemente bueno».