Ayer me di tiempo de ver el lanzamiento del iPhone más reciente. Desde el punto de vista tecnológico y como persona con antecedente técnico, me parece muy interesante lo que proponen.
Sin embargo, luego me puse a pensar lo que ofrecen:
- Más velocidad
- Más capacidad de procesamiento gráfico
- Más memoria
- Más bateria
- Más apoyos para «organizar» tu vida (en tareas, fotos, etc).
- Más facilidades para tomar más fotos, para crear imágenes, para redactar y corregir textos con apoyo de IA.
- Más capacidad para jugar y entretenerte y conectarte al «metaverso».
En fin, el mensaje es «tu vida transcurre en el teléfono y te vamos a dar razones para que pases más tiempo en él».
¿Y cómo por qué o para qué?
El uso de los dispositivos móviles se ha vuelto un problema en la sociedad y las organizaciones. Su uso aunque potencia la productividad por un lado, por otro lado está afectando la productividad al tener a la gente conectada 100% del tiempo. Cientos de mensajes, cientos de correos, cientos de anuncios, cientos de interrupciones.
Aunque la intención es mejorar, este acceso a más y más y además nuestra cultura de querer hacer más y más y más cada día, en mi opinión genera ansiedad y estrés y el eventual burnout. Y no lo digo, yo, cada vez están estudiando más el fenómeno.
Chris Bailey, experto en productividad, narra en su libro How to Calm Your Mind (Como calmar tu mente) su proceso de Burnout y como mucho estuvo ligado a esa conexión permanente con la tecnología y la cultura de hacer más y más y más.
Yo no tengo nada contra la tecnología, hace muchos años Excel, o sus ingenieros, se dieron a la tarea de hacer que la hoja de cálculo hiciera gráficas en 3D y la novedad era que podías manipular el ángulo de la gráfica, la perspectiva y la posición de la luz. ¡Todo un reto tecnológico! Pero que va en contra de las buenas prácticas de presentación de datos. Le tomó muchos años a Microsoft corregir esa función, sobre todo por la presión de la comunidad de análisis de datos que los criticaba año tras año en todo evento y congreso.
Que los ingenieros, los técnicos puedan hacer algo y hacerlo más y más (rápido, eficiente, etc.), no quiere decir que sea algo que necesitamos. Yo no necesito ni más memoria en el teléfono, ni más capacidad de procesamiento, ni más capacidad de tomar fotos, ni que el teléfono me redacte los correos (¡hágame UD el favor!). Si la tecnología va a organizar nuestra vida y ha realizar nuestras actividades, para que estudiar y prepararse. Como dijeron por ahí, yo quiero tecnología, que corte el pasto, pula los pisos, lave los platos, doble la ropa, pero no que me suplante.
Recuerdo la película de WALL-E…en la que la gente, ya no hacía nada, flotaban en sillas y se habían vuelto prácticamente «bolas de carne inútiles». En la medida que la tecnología hace más y más y más, y nosotros menos y menos y menos, nos estamos volviendo estresados e inútiles (mi opinión personal).
Yo tengo teléfono, es una herramienta, y punto, pero no quiero que sea el centro de mi vida. Tal vez son los años, pero mi enfoque es reconectar con el mundo físico, con lo analógico y no estar ocupado todo el día. Trabajar más inteligentemente, no estar todo el día conectado y haciendo más y más y más.
De hecho, períodos de inactividad, son útiles, pero la cultura de más y más nos genera un sentimiento de culpa. Porque todos los demás están con la agenda llena, haciendo más y más, ganando más y más, comprando más y más, estresándose más y más.
Obviamente, tecnologías con límites es sano. Si yo me dedicara a hacer videos y películas, el nuevo teléfono es un estudio en casa. Accesible y poderoso, pero no lo soy. Así que es más un exceso, que está diseñado para absorbernos y darnos golpes de dopamina y tenernos «adictos». Mis hobbies son observar naturaleza y hacer ejercicio. Para eso necesito poco el teléfono.
No sé…siento que cada año, se busca hacer que las computadoras y los teléfonos hagan más y más y más y más….una foto de 48 Mp es ideal para hacer un espectacular, pero no para el día a día. Obviamente que entre más megapixeles, más grande la foto, más necesidad de almacenamiento, más necesidad de contratar almacenamiento.
El reto, decían mis maestros de la universidad no es hacer lo más barato y malo, ni lo más potente y poderoso y caro, el reto de la ingeniería es hacer el óptimo y, al menos como ex practicante de metodologías de diseño de productos, veo, siento y creo que las empresas no están buscando el óptimo, han sido absorbidas por la cultura de hacer más y más y más. Obviamente, la novedad vende.