Imagina que todos tus amigos deciden hacerse un tatuaje. Algunos estarán de entrada a favor de la iniciativa, pero otros podrían no estarlo. Serán diversas las razones para hacerlo y para no hacerlo. Unos tratarán de convencer de sus razones al otro lado. El tema aquí es que los que están a favor poseen ciertas creencias y valores que facilitan realizar la actividad. Para quienes tienen creencias y valores que no comulgan con la actividad, va a ser más difíciles de convencerlos. El tema de cambiar las creencias y valores de una persona es complicado y tardado y hay que aceptar, que a pesar de nuestros mejores esfuerzos, algunos simplemente no querrán cambiar.
Ahora imagina la última vez que trataste, sin mucho éxito, de iniciar una rutina asociada con mejorar tu salud. A lo mejor ha sido iniciar a hacer ejercicio, dormir mas tiempo, consumir menos tiempo en redes sociales o tener una alimentación más sana. ¿Te ha sucedido que inicias pero al final retrocediste o no triunfaste? A todos nos ha sucedido de una u otra forma. La realidad es que cambiar o adoptar nuevos hábitos es complicado, pero sobre todo tardado y requiere de convicción y tenacidad. Mucha gente acaba teniendo que recurrir a algún apoyo (un coach por ejemplo) para finalmente poder realizar los cambios. También es cierto que para algunas personas es más fácil que para otras el adoptar los cambios, hay muchos factores en juego, no hay una receta única y universal para todo mundo.
¿Tienes un teléfono inteligente o tal vez una computadora o vehículo reciente? ¿Eres de los que se lee el manual y conoce todas las funciones del aparato? O, tal vez, ¿eres de esos que usa las funciones básicas y se sorprende cuando le enseñan algo que no sabía de su aparato? ¿Eres de los que cambia sin problema de marca, de interfase, de sistema operativo y demás o estás casado con una marca y tipo de aparato? Hay gente que son los “power users” o aquellos que se meten a fondo en la tecnología y la usan muy eficientemente y conocen todas las funciones y posibilidades, están dispuestos a intentar cosas nuevas y a cambiar de equipo si es necesario. Están los usuarios promedio que usan el equipo lo suficientemente bien, pero no les gustaría que les cambien mucho las cosas y luego están los usuarios “forzados”, usan la tecnología porque no les queda de otra y preferirían no tener que lidiar con ella y menos con los cambio asociados a la misma. Es imposible que todos adopten la tecnología al mismo tiempo, que la amen y que la exploten para mejorar su vida al mismo nivel.
Todo esto de los tatuajes (valores y creencias), la salud (hábitos y comportamientos) y la familiaridad tecnológica son cosas que podemos extrapolar a las empresas cuando queremos hacer un cambio. Nosotros podemos tener una solución técnica (tecnológica o no) y queremos implementarla en la empresa, estamos convencidos de que nos puede ayudar y queremos que toda la organización la adopte. Para ello hacemos planes de implementación técnica (y/o tecnológica) pero al poco tiempo nos damos cuenta de que la organización no adoptó o adoptó parcialmente el cambio. ¿Por qué? La cosa es simple, no consideraste en tu plan, la necesidad de atender los problemas de creencias y valores sobre la solución técnica, la necesidad y retos para adoptar hábitos y comportamientos alrededor de la solución técnica, ni los diferentes niveles de competencia asociada con la solución técnica.
La realidad es que en nuestras organizaciones, la gente adopta los cambios a diferente ritmo y en diferente momento dependiendo de:
- Que tan conscientes están de que el cambio es requerido, es bueno para la organización y para ellos mismos.
- Que tan deseosos están de realmente llevar a cabo el cambio, superando sus creencias limitantes, cualquier afectación a la cultura y valores de la empresa y personales y cualquier cambio a su forma de trabajo.
- Que tanta competencia (conocimientos y habilidades) tiene la gente para adoptar el cambio deseado.
- Que tan capaces son de llevar a cabo el cambio (disponibilidad de tiempo, disponibilidad de recursos, apoyo entre áreas, apoyo apoyo y líderes, condiciones del entorno para el cambio).
- Que tanto seguimiento y reforzamiento haya de parte de la organización para la formación de hábitos y comportamientos.
Muchas veces no tomamos en cuenta el factor humano, sin embargo, es el factor más importante para el éxito, o el fracaso, de cualquier iniciativa de cambio y adopción técnica (o tecnológica) en nuestras organizaciones.
La próxima vez que consideres realizar algún cambio, pregúntate qué partes de la cultura, valores y creencias de la organización y de la gente se ven afectadas. Pregúntate qué conocimientos y competencias son requeridos para apoyar la adopción del cambio y, finalmente, qué hábitos y comportamientos tienen que ser modificados o incorporados para generar el cambio.
Anticipar estos temas y desarrollar los mecanismos para atenderlos durante la implementación son fundamentales para un cambio adecuado y duradero.