El hábito de la lectura


En esta semana, en una interacción con un cliente, me topé con la situación de que están teniendo problemas para contratar gente para una posición particular en la empresa (que es de un giro altamente normado y legislado).

Platicando con los mandos les cuestioné sobre cuál pensaban que podría ser la causa. Una de las posibles explicaciones llamó mi antención: «En esta función se requiere de leer mucho y estar pendiente de las actualizaciones constantes de la normatividad. Y parece que a los nuevos egresados no les gusta o no tienen el hábito de leer».

Esto es un gran problema para ellos y para muchas otras industrias. De hecho, a lo largo de los años cuestionando ejecutivos, mandos y gerentes sobre cuántos libros han leído la respuesta, generalmente, es el sonido de un grillito. El tema es ¿dejamos de leer o realmente nunca tuvimos el hábito de hacerlo?

La lectura, como muchas otras cosas, es un hábito (que puede convertirse en un gusto y hasta en una pasión). Obviamente, el tener una mentalidad de explorador o curiosa es muy importante también, pero sin el hábito, poco se puede hacer.

Hace varios años un cliente y amigo me pregunto que cómo le hice para que mi hijo leyera. El no había podido inculcar el hábito a sus hijos. Reflexionando en aquel entonces le pude comentar que:

1) Mis papás siempre tuvieron la casa llena de libros.
2) Me tocó ver a mi papá leer (él trabajó también en una industria muy normada y legislaba), mi mamá también era una ávida lectora de sus temas de interés.
3) Mi esposa y yo, desde temprana edad rodeamos de libros a nuestro hijo.
4) Nos dábamos tiempo de leerle los libros a nuestro hijo.
5) Le comprábamos libros que le fueron interesando y siempre tuvo uno a la mano.
6) El continuamente nos veía leer a mi esposa y a mí.
7) La mayoría de las veces que salíamos de viaje visitábamos alguna librería.
8) Ya adolescente, salíamos en familia cada quien con su libro y nos sentábamos en alguna cafetería a leer todos juntos, cada quien lo suyo.
9) Muchas veces tenemos conversaciones sobre lo que estamos leyendo y que nos ha llamado la atención.

Hoy nuestro hijo es un ávido lector. Él va a las bibliotecas y saca libros. Va a las librerías y compra libros solo. Ya no nos necesita para ello. Él tiene el hábito y nos tomó muchos años.

Pero ¿qué puedo hacer yo como ejecutivo o mando en mi empresa?

1) Empieza por leer tú. Pon el ejemplo.
2) Coméntale a tu gente que estás leyendo y recomiéndales ciertas lecturas.
3) Crea una biblioteca en tu organización. Ten libros accesibles a tu personal, un sistema de préstamo e invita a tu gente a leer.
4) Organiza un club de lectura, lean un libro, comenten sobre él.
5) Promueve en redes sociales de tu empresa y personal que estás leyendo, tus seguidores y potenciales empleados recibirán el mensaje subliminal de que a ti y a tu empresa les interesa la gente que lee.
6) Si asistes a algún evento relacionado con estudiantes o para temas de reclutamiento, enfatiza a la lectura como una habilidad necesaria.
7) Incluye la preguntad de ¿qué te gusta leer? y ¿cuántos libros lees al año? en tus entrevistas de reclutamiento de personal.
8) Haz vinculación con tu librería local para obtener descuentos para tu personal o vinculación con la biblioteca local para dar acceso a tus colaboradores.
9) Haz una campaña de lectura en tu organización.
10) Valora y reconoce a tu gente que lee, comparte conocimiento y se mantiene actualizada.

El que la gente no lea es un enorme problema:

– No se atienden cosas que venían en los correos o documentos de los clientes y la autoridad.
– Se hace caso omiso de procedimientos, instructivos, guías, manuales y demás documentos de la organización.
– La gente comienza a volverse obsoleta en su propio giro, pues no lee boletines, noticias, papeles técnicos, revistas ni nada relacionado con su función.
– La gente no tiene una visión global de las cosas (es necesario que lean de diversos temas).

Así que toma acciones para promover y afianzar el hábito de la lectura en tu organización. No es rápido ni sencillo. Mucha gente no lee, esa es una realidad, al menos en México. Así que no esperes que la gente llegue ya con la habilidad, habrá algunos, pero no todos los que necesitas.

Así que manos a la obra.