Ayudar a otros a hacer las cosas


En días recientes he visto en mis redes sociales como múltiples de mis conocidos han iniciado el reto de Oso Trava, se levantan por ahí de las 5:00 am, hacen ejercicios y otras actividades para cambiar su mentalidad y adoptar buenos hábitos. A mí, la verdad, no me atrae un evento así. Yo todos los días me levanto a las 7:00 am, hago ejercicio, desayuno y me voy a trabajar, en las noches hago ejercicio de fuerza y llevo 2 años siguiendo las instrucciones de mi nutrióloga. Nadie me corretea ni me echa porras. De hecho tengo años haciendo ejercicio, desde pequeño y siempre me levanto muy temprano, no necesito café, cuido mi alimentación, leo y leo y tengo otros hábitos positivos para mí (y sí me faltan otros tantos, ando en ello). La cosa es que nadie me corretea. 

Reflexionado, yo siempre he sido así, “auto-correteable” para hacer las cosas. Fui así en la escuela, en la universidad, en mi trabajo, con el ejercicio, con mi nutrición y hasta con los tratamientos médicos. Hace años, por un problema ortopédico sumado a un tema congénito, el parte del especialista fue: “o haces ejercicios de rehabilitación 3 veces por semana durante 6 meses o te opero la columna vertebral”. A mí no me dijeron dos veces, con mucho dolor inicié al día siguiente, 3 veces por semana, durante 6 meses. Me salvé de la operación, pero el especialista me dijo: “tienes que seguir haciendo ejercicio todos los días hasta que cumplas 99 años para no recaer”. A pesar de haber siempre hecho ejercicio, llevo años siguiendo mi rutina. Hoy estoy en mi mejor peso y en mi mejor índice de masa corporal y cantidad sana de músculo donde debe de estar. Nadie me corretea. 

Llevo 117 semanas de lectura continua, desde que inicié con el Kindle hace un par de años. Antes ya tenía más de 400 libros en mi biblioteca y dedico tiempo a leerlos. Nadie me corretea. Igualmente, durante 11 años me dediqué a la fotografía de naturaleza, tome malas fotos al principio y mejores con el tiempo, salí a tomar fotos, las seleccioné, las edité, estudié, practiqué y mejore aún más. Nadie me correteo.

Pero basta de mí, te preguntarás ¿con qué se conecta todo esto? Muy simple, después de muchos años de tratar con gerentes y empresarios he visto que muchos de ellos también son “auto-correteables”. Tienen que serlo para estar donde están. No hay nadie más arriba de ellos y sacan las cosas adelantes. Pero, siempre hay un pero, la triste realidad es que no todos somos así y está bien. Lo importante es darse cuenta y luego aceptarlo. Muchos mandos y empresarios “sufren”, por así decirlo, al ver que su gente requiere de ayuda para hacer las cosas. Así como a mí, nos cuesta trabajo entender como alguien necesita un reto de semanas para aprender a pararse temprano, trabajar en condiciones desfavorables y formarse hábitos. Pero así es, punto. 

Como mandos y empresarios debemos entender que nuestra gente requiere apoyo, y muchas veces, ese apoyo tiene que ser interno de parte de la organización. Como mandos y empresarios debemos de volvernos en esos “coach” que ayudan a los otros a tener tenacidad, buenos hábitos y últimamente, alto desempeño. Así que aprende y vuélvete el Oso Trava de tus colaboradores.