Tal vez uno de los aspectos más complejos para un profesionista, ejecutivo o mando es aceptar que no lo sabe todo. Se espera que seamos buenos en nuestra función, pero de ahí a pensar que lo sabemos todo hay un gran trecho.
Entre más aprendemos y más crecemos, así mismo crece nuestra ceguera respecto a nuestra ignorancia. Lo difícil es no dejar que nuestro ego tome control y nos haga pensar que somos mejores de lo que realmente somos.
Es aquí donde se requieren 2 cosas, en mi opinión. Primero humildad para aceptar que por mucho que sepamos, por mucho que hayamos recorrido el mundo y por mucho que hayamos crecido, no hay forma de saberlo todo. Siempre habrá puntos ciegos y hay que ser humildes para aceptar que no lo sabemos todo.
El segundo punto es ser curioso, dado que no lo sabemos todo, continuamente debemos estar cuestionado lo que sabemos, estar cuestionando lo que no sabemos, estar cuestionando lo que piensan otros que no piensan como nosotros. Esa curiosidad nos hace investigar, leer, preguntar y aprender. Pero sobre todo nos permite darnos cuenta de lo poco que sabemos y lo mucho que hay por aprender.
Recientemente leía sobre el concepto de «antibiblioteca». Nassim Nicholas Taleb comenta que Umberto Eco tenía una biblioteca de 30 mil libros). Esto, a la gente le asombraba, pensando cuánto sabía Umberto Eco, pues asumían que debería haber leído esos libros. Pero en realidad, su biblioteca estaba compuesta de muchos libros sin leer. Era realmente una herramienta para investigar lo que no sabía.
Nicholas Taleb comenta que los biblioteca personal debe contener tanto sobre lo que no sabemos como sea posible. Y que acumularemos libros con el paso de los años y la fila de libros sin leer será cada día mayor. Una «antibilioteca» es un recordatorio constante de lo que no sabemos y que siempre será mayor que lo que sí sabemos. Es una forma de humildad, pero a la vez una forma de satisfacer la curiosidad de aprender continuamente.
Así que, estimado mando, ejecutivo y profesionista, bájate de tu pedestal, sabes mucho, pero no tanto como lo que no sabes. Sé curioso y humilde, no te tomes tan en serio lo que sabes. Nicholas Taleb nos pide que no tratemos a nuestro conocimiento como un tesoro, ni si quiera como una posesión, e inclusive que no lo veamos como un mecanismo para inflar nuestra autoestima. Nos invita a volvernos un «antierudito», un empirista escéptico, en cierto modo nos invita a volvernos una persona humilde y curiosa.
¿Pones muy en alto tu conocimiento? ¿O has desarrollado humildad y curiosidad?