Una vez escuché la analogía de que el día a día de un ejecutivo o gerente es como ir en una canoa bajando por un río turbulento. No hay tiempo de pensar, solo se puede reaccionar a lo que sucede en el momento.
Sin embargo, el trabajo de un ejecutivo, sobre todo de un mando o gerente, es pensar en las cosas que otros no piensan y por ello es necesario, de vez en cuando, acercarse a la orilla, descender de la canoa y ver pasar el río.
De ese modo se puede ver qué hay más adelante, planear un poco, revisar la estrategia y, entonces, volver a subirse a la canoa y continuar el viaje.
Es muy importante comenzar a desarrollar la habilidad y el hábito de “salirse del río” de vez en cuando. Primero una vez al mes una hora, luego una vez cada 15 días y finalmente una a tres veces por semana. Esos serán momentos para reflexionar en lo que sucede y cómo se puede mejorar la operación. Son momentos para salirse del día a día. No se necesita mucho tiempo cada vez, solo la constancia y disciplina de hacerlo periódicamente.
¿Ya te saliste del río en lo que va de la semana? Sino, hoy es un buen día para intentarlo por unos minutos.