Los libros de texto están mal


Hoy hay una enorme discusión a nivel nacional sobre la confiabilidad y el enfoque de los libros de texto en la educación primaria del país. Y ciertamente es un debate acalorado y lleno de polaridad. Muchas facciones del país están haciendo ver sus puntos de vista y «rasgándose las vestiduras» de un lado y del otro sobre los beneficios o consecuencias de dichos textos.

A mi me queda la duda sobre si ¿alguien leerá los libros en los salones de clase? Más aún ¿lo entenderán? Por otro lado, ¿se preparará a los maestros para impartir dichos textos? Y ¿qué probabilidad hay de que realmente siga el mensaje y no se caiga en un teléfono descompuesto? Una vez leí, hace años, que en México la mayoría de los graduados de primaria leen, pero no entienden lo que leen, a mi eso me preocupa aún más por que lo veo a diario en las empresas.

Recuerdo a mi hijo, cuando era pequeño, contar con «cansancio y hastío» que nuevamente iban a ver la historia de México, la que habían visto el año pasado y el anterior ¡Otra vez decía! Y les hablo tal vez de hace unos 10-12 años. ¿Realmente prestarán atención las nuevas generaciones a dichos documentos? Igual y sí, pero igual y no.

Tal vez el tema es creer que el libro por sí mismo «educa» a los niños, pero no, son los procesos educativos los que «educan» y medio «forman» al niño. Y ¿por qué medio forman? Por qué existe la formación en el circulo familiar y social cercano y además la influencia mediática a la que se ve sometido. Es más probable que un niño adopte lo que le llega por YouTube o TikTok que lo que lee en un libro de texto. Y sí, ya se que no todos tienen acceso a internet…pero la cosa va cambiando…ya muchos traen un celular y están cada vez más conectados. O al menos conocen a alguien que conoce a alguien que tiene internet y les cuenta, y le creen lo que dicen.

¿No deberíamos cuestionarnos no solo los libros sino la formación de los maestros? ¿No deberíamos cuestionarnos el acceso a las aulas y a un desayuno que permita un estudio y aprendizaje robusto? ¿No deberíamos cuestionarnos la influencia de los medios en la formación de la mentalidad de las nuevas generaciones? Algunos lo hacen, pero no con el rigor de los libros de texto o al menos no encendiendo tantas pasiones.

¿Y a que voy con todo esto en un espacio en la red sobre ejecutivos, mandos y gestión? Pues muy simple. Cuándo tu vas a un curso o te mandan ¿Te preguntas que vas a aprender? ¿Te preguntas si va a ser de utilidad? ¿Cuántas veces has ido a un curso y te la pasaste bien para nunca volver a abrir el material del mismo? ¿Cuántas veces has aplicado lo visto en curso de manera efectiva por un media y largo plazo y verificado los resultados? En la mayoría de los casos probablemente la respuesta sea que no mucho.

Y si eres mando ¿te cuestionas el contenido de los cursos antes de mandar a tu gente? ¿O solo mandas a la gente a un curso de esto o aquello con la esperanza de que mejoren? ¿Verificas con tu gente cuando regresa del curso qué fue lo que vieron y cómo aplicarlo en el día a día? ¿Le das recursos, tiempo y espacios a la gente para que aplique lo visto en los cursos o los dejas a la buena del destino y que se apliquen? Lo más probable es que no lo cuestiones y que no le des seguimiento.

¿Alguien en el medio corporativo se preocupa del contenido y veracidad del montón de manuales, procedimientos, instructivos, guías que la gente accede en el día a día? En mi época de auditor me tocó encontrar no solo errores ortográficos, sino errores de concepto, documentos incompletos, procesos obsoletos documentados y difundidos en las empresas. Inclusive hoy en día, en facilitaciones, hago que los mandos revisen sus documentos y ellos mismos se dan cuenta que no son adecuados ¿Quién se cuestionaba algo antes de la auditoría? ¡Nadie!

Y luego, si la gente pasa un proceso de formación y entonces la «cultura» de la empresa no soporta esos nuevos conocimientos porque lo que siempre ha sido es diferente. ¿Quién dice algo? Solo escucho «eso aquí no se puede», «eso aquí no funciona». La cultura pesa más que cualquier curso, manual, instructivo, procedimiento y demás. ¿Nuestra cultura de «mal aprendizaje» se verá afectada por un texto polarizado y mal escrito? No de un día para otro. Tienen que pasar generaciones.

En mis entrenamientos y facilitaciones con mandos escucho que se deben de «crear los procedimientos y otros documentos» para que la gente «haga las cosas bien». Mi respuesta en esos casos es que en 30 años de vida laboral, yo nunca he visto que un procedimiento, instructivo o similar haga que nadie haga nada. Quien hace que la gente haga las cosas son los líderes, los colaboradores y la cultura de la empresa. Así de fácil.

Entonces, está bien cuestionar los errores en los materiales instruccionales, pero hagámoslo también en las empresas. Formemos a nuestros líderes y expertos como instructores para que transmitan conocimientos apoyados por materiales instruccionales adecuados. Trabajemos activamente para ajustar nuestra cultura hacia lo que deseamos.

No importa si el material de instrucción esta bien o mal, ciertamente ayuda que está bien, pero lo que nos debe de preocupar realmente son los procesos de instrucción. Desde que se detecta la necesidad, se desarrolla o selecciona el mecanismos de instrucción, los materiales de apoyo, los instructores, los espacios de aprendizaje, los procesos de implementación de lo aprendido, la supervisión y reforzamiento y la verificación de la efectividad de los mecanismos. ¡Es el todo! No hay un elemento más importante que el otro.

La formación de gente y el aprendizaje no son un evento o un material, son un proceso. ¡Métanselo en la cabeza! Cuestionen y mejoren el proceso.