Cuando hablamos del desarrollo de competencias, es importante recordar que la habilidad viene con el tiempo. Y no solo hablo de práctica, sino de práctica correcta. La práctica correcta, con el tiempo, nos lleva a incrementar la velocidad de ejecución y a reducir los errores y, eventualmente, se convierte en un hábito y, por lo tanto, en una competencia inconsciente.
Sin embargo, no hay atajos, no hay pastilla o píldora mágica que reduzca el tiempo de ejecución requerido para alcanzar la «maestría» o la competencia en algo. Claro que el tiempo puede ser menor para quienes poseen ciertas habilidades y competencias previas, pero en general, se requiere tiempo y práctica correcta. Cuando una persona está desarrollando una competencia (habilidad), es normal que al principio se equivoque, que titubee en la ejecución, que cometa errores y que no sea capaz de darse cuenta de que se ha equivocado. En otras palabras, al principio somos lentos y malos.
En esta etapa, ser capaz de evitar la frustración, recibir retroalimentación (de uno mismo u otros) y volver a intentarlo (tenacidad) es de suma importancia. Desarrollar competencias nuevas requiere de dureza, de no sentirse derrotado, de saber que es necesario practicar y practicar. Si uno está solo, hay que «echarse porras a sí mismo». Si hay un líder, instructor o mentor, él será quien te brinde ánimo. Lo importante es no desfallecer, luchar contra esos pensamientos de «no soy bueno», «nunca me va a salir», «no tengo lo que se necesita» y demás. Recuerda, la práctica correcta y continua vence al «talento natural» en cualquier momento.
Muchas veces vemos a otros con alguna habilidad y nos decimos que son muy afortunados de ser tan talentosos, pero no vemos las horas, días, semanas, meses y a veces años de intensa práctica que hay detrás de esos «talentos». Queremos el resultado, pero sin el esfuerzo, sin el sacrificio, sin el sudor y la sangre, y pues, así no funciona esto. Se requiere ejecución y ser malo, a veces muy malo al principio. También se requiere convicción y paciencia, mucha paciencia.
Así que no te des por vencido, inténtalo nuevamente, solo con la aplicación y la ejecución se logra el desarrollo de la habilidad. Roma no se hizo en un día y las habilidades y competencias tampoco. La gente sumamente competente ha dedicado mucho tiempo a desarrollar y refinar su arte.
«Mil días de entrenamiento para desarrollarse, diez mil días de entrenamiento para pulir. Debes de examinar esto bien.»
Miyamoto Musashi