Creo que voy a empezar a documentar el número de veces que he escuchado de un mando que su gente tiene mala actitud y me pregunta ¿qué hacer en esos casos?
Al parecer hay una idea de que la gente «elige» tener mala actitud y se comporta de ese modo en detrimento de la organización. Es su «libre albedrío» o decisión hacerlo.
Hoy por la mañana leía, un tema que ya había escuchado, de que nosotros realmente no tenemos «libre albedrío», sino que decidimos antes de darnos cuenta de que lo estamos haciendo. La discusión es que dichas decisiones son resultado de elementos aleatorios o determinísticos, aunque realmente ajenos a nosotros. Inclusive se ha medido que una persona toma una decisión antes de estar consciente de ello.
La realidad es que somos «seres vivos» y cómo tales, nuestro comportamiento está más ligado a los estímulos que recibimos y a nuestros hábitos que a nuestras decisiones «conscientes».
Dice el dicho que «la burra no era arisca, así la hicieron». ¿Realmente una empresa contrata a alguien con «mala actitud»? Creo que ninguna lo hace…sin embargo, por alguna razón todas acaban con alguna, o varias, personas con mala actitud.
Esto debe ponernos a pensar seriamente sobre lo que sucede como mandos de una organización. Algo que sí sabemos es que una persona mal seleccionada no podrá desempeñarse adecuadamente, por lo tanto, a pesar de que se le brinde capacitación y entrenamiento, su desempeño será limitado. Asimismo, una persona que se ve influenciada por factores externos, incluido un mal jefe, no puede desempeñarse adecuadamente. Si una persona no tiene los elementos (materiales, información o infraestructura) para llevar a cabo su trabajo, su desempeño será limitado. Inclusive una cultura «nociva» puede tronar hasta la persona más positiva y dedicada.
En todos estos casos, la persona, gradualmente, llegará a un estado de desmotivación, estará apática, hará lo menos posible, se limitará a ir unas horas, simplemente «no tendrá la camiseta puesta». Esa persona ¡tendrá mala actitud!
Claro que hay algunas personas que a pesar de las malas condiciones y liderazgo mantienen una actitud positiva y constructiva, pero en realidad la mayoría no lo hace.
Como mandos tenemos la enorme responsabilidad de revisar la situación de nuestra gente y estar seguros de que no las ponemos en condiciones de desmotivación con nuestro actuar o con nuestra inacción. Obviamente, el tema de la cultura y comportamiento de altos mandos puede influir en estos temas a través de situaciones que la gente percibe como falta de apoyo o interés de la organización hacia ellos. Es un tema de percepción en muchos casos, de mal liderazgo, de falta de comunicación, de cultura y eso se arregla de arriba para abajo.
Yo aún sigo pensando que una persona que tiene mala actitud o tiene problemas personales fuertes o está en condiciones que la orillan a esa mala actitud.
Cuando me preguntan como se arregla el segundo caso, simple: mejores prácticas de liderazgo y gestión de personal y cultura de la empresa. Fácil: No. Rápido: No.