En 1997 Garry Kasparov, el gran maestro del ajedrez, perdió la partida ante Deep Blue una supercomputadora de IBM que era capaz de evaluar millones de posiciones por segundo.
Los maestros de ajedrez se preparan durante años para reconocer una serie de patrones y pequeñas combinaciones que pueden ejecutar rápidamente para lograr una ventaja sobre el tablero. Sin embargo, la computadora puede hacer eso mucho mejor y más rápido. La capacidad táctica de la computadora es insuperable.
Tras la derrota Kasparov tuvo una idea ¿qué pasaría si se utilizara a la computadora junto con un humano?
A pesar de que las computadoras son veloces calculistas, la estrategia no es lo suyo. Esto dio lugar al primer torneo de «Ajedrez Avanzado» en 1998 en la que participaba un humano junto con una computadora. Unos años más adelante en el primer torneo de «Ajedrez avanzado» un equipo conformado por humanos y computadora derrota a la supercomputadora y programa de ajedrez llamado Hydra.
Estos equipos de humano-computadora se conocen como Centauros. En ellas el humano complementa las capacidades que la computadora no tiene y viceversa. El resultado, una capacidad más allá de cualquier computadora trabajando por sí misma.
Seguramente has visto una serie de videos que salen en redes sociales donde muestran como estudiantes de diferentes países usan técnicas diferentes para resolver multiplicaciones y divisiones. En esos videos buscan mostrar cuál es el método más veloz. Sin embargo, el método más veloz es que lo haga una computadora.
En un video de TED de 2010, Conrad Wolfram, hermano de Stephen Wolfram, el creador de una plataforma llamada Wolfram Alpha, explica que tenemos un problema con la educación en las matemáticas. Es muy tedioso realizar los cálculos de manera manual. Además es irrelevante, la aplicación de las matemáticas en el mundo real tiene que ver con resolver problemas. No con «arrastrar el lápiz» por así decirlo.
En el video Wolfram argumenta que necesitamos conocer las bases y luego usar la computadora para realizar los cálculos. El argumento es que el uso de la computadora puede potenciar el uso de matemáticas para entender y resolver problemas. Básicamente Wolfram quiere vincular en el salón de clases a los niños (humanos) con la programación (computadora), esto es, generar Centauros.
Piensa en Tony Stark, está trabajando con Jarvis (inteligencia artificial) y le pregunta ¿qué pasaría si hacemos esto? Jarvis hace lo que sabe hacer cálculos y simulaciones y responde. En base a la respuesta Tony Stark propone una nueva estrategia y Jarvis vuelve a calcular hasta que, finalmente, tras varias iteraciones de interacción entre humano y computadora, llegan a una solución mejorada. Algo que ni la máquina ni el humano podrían haber realizado por si mismos.
Tony Stark y Jarvis son el ejemplo de un equipo Centauro.
Cuando yo realicé mi tesis de licenciatura en ingeniería (sí ingeniería y el porqué ando metido en temas de gestión y liderazgo es otra larga historia) mi tema era el uso de «Sistemas computarizados para el análisis de mecanismos». Básicamente era usar programas que realizarían miles o millones de cálculos para determinar esfuerzos y velocidades y aceleraciones. Podría hacerlo a mano, pero es tedioso. «Arrastrar el lápiz en matemáticas no es lo mío.» Me fui por el camino del equipo Centauro.
Hoy, con esto de la inteligencia artificial estamos en el punto de inflexión de un cambio radical para el ser humano. Podemos defender a capa y espada que lo hecho por los humanos es superior a lo hecho por las máquinas (paradójicamente, las máquinas que nosotros hicimos), sin embargo, creo que es una discusión inútil. Las computadoras pueden hacer cualquier tarea mecánica, repetitiva, de cálculo o identificación de patrones infinitamente más rápido y mejor que cualquiera de nosotros. Y cualquier trabajo que está basado en eso será desplazado en los próximos años.
Lo que creo que debemos hacer es reconocer que hay cosas que la computadora no puede hacer (al menos no ahora y posiblemente no en un par de cientos de años) y centrarnos en aprender a usar la tecnología de la mano con lo que nosotros sí podemos hacer (estrategia, creatividad, hacer preguntas, plantear hipótesis, etc.). Al hacer esto abrimos la posibilidad a que cada uno haga lo suyo. Abrimos la posibilidad de volvernos un equipo Centauro.
En tu profesión ¿ya has visualizado que cosas serán desplazadas y que tienes que aprender de la tecnología para usarla de manera efectiva? Aún estamos a tiempo, pero el reloj está corriendo, y lo hace muy rápido.