De joven me gustaba hasta cierto el punto el orden. El orden en ciertos aspectos de mi vida proveía una certidumbre. Al hacer A, sucede B, eso da tranquilidad. Es la la confianza de saber que las cosas sucederán como planeamos. En la gestión, hay una necesidad muy grande de orden para lograr consistencia hacia el futuro en los procesos, productos y servicios.
El caos es la incertidumbre, lo que no se puede prever, lo que no se puede anticipar y eso genera inquietud. No importa cuánto planees las cosas podrían salir de un modo inesperado. Aún así, el caos y el orden coexisten en un delicada danza que permite la gestión y la innovación, la sistematización y la creatividad. En el fondo, no están peleados, simplemente se complementan. El detalle es entenderlo y aceptarlo.
Yo me formé en el mundo de la ingeniería y ahí aprendemos a ordenar. A ordenar los pensamientos, a ordenar las ecuaciones, a ordenar las etapas de fabricación, a ordenar los procesos y los sistemas. Esto dado que el orden provee la confianza en el diseño y en la producción de que las cosas saldrán como se espera. Así que por muchos años mi pensamiento estuvo atado al orden.
Con el tiempo me di cuenta que las cosas no salen siempre como esperamos, a la vez aprendí conceptos como el riesgo y la incertidumbre que es donde reina el caos. Aunque también el caos es parte del proceso creativo, el caos no tiene reglas y en ese mundo surgen las nuevas ideas. Además es necesario aprender a manejar la incertidumbre para avanzar en la mejora continua a través de muchos pequeños ejercicios de ejecución y aprendizaje.
No es sencillo ni trivial pasar del mundo del orden al mundo del caos. Asimismo, con el tiempo he conocido gente creativa, innovadora y emprendedora que ha aprendido a navegar el caos y que, por otro lado, les cuesta mucho transitar a lado del orden para beneficiar su operación.
Ni todo el orden es bueno, ni todo el caos tampoco. Como el Ying y el Yang es un balance. Con los años he aprendido a ser más relajado, a no ser tan estricto en el orden y he aprendido a abrazar cada vez más el caos. Un poco de desorden a los que siempre somos ordenados en algunos puntos no mata. Un poco de imperfección es lo que nos hace humanos, pero demasiada tampoco es sana.
El mundo de la gestión está plagado de técnicas de orden y otras para el manejo de la incertidumbre o inclusive para crear ese caos que lleve a la creatividad y la innovación. Creo que debemos aprender a manejar los dos lados de la moneda, sin estigmatizar al otro lado y aceptando que la incertidumbre y el caos existen, pero dentro de ellos puede coexistir el orden y la certidumbre.
¿Te has enfrentado al orden y al caos? ¿Cómo los manejas en tu vida diaria? Al final, creo lo que necesitamos y lo que busco es tener una mentalidad dual que se adapte a las necesidades de la situación, orden y caos, certidumbre e incertidumbre.