En el momento que nos volvemos gerentes, nos enfrentamos a situaciones muy diferentes a lo que estábamos acostumbrados. Cosas que nos llevan al límite de nuestras habilidades y de nuestra creatividad.
- Quedarme a cargo de la planta al poco tiempo de haber sido nombrado gerente por primera vez, debido a vacaciones de mi jefe.
- Resolver lo relativo a una presentación con un cliente en el extranjero de lo cual me enteré un jueves y el lunes ya estaba presentando fuera del país.
- Dedicarle meses a contratar una persona para cubrir un nuevo puesto clave, para que al poco tiempo se fuera porque una mega transnacional le ofreció un mejor puesto.
- Reestructurar mi área para que fuera capaz de realizar cosas nuevas que requerían los clientes y proyectos.
- Implementar la gestión de proyectos de ingeniería bajo una estricta metodología fuera de lo que era común en la empresa.
- Aprender que decirle que no a mi jefe con confianza y soportar mis puntos de vista con razonamientos y hechos.
- Tener que sacar adelante el equipamiento de mi área después de que me informaron que tendríamos cero presupuesto para invertir, y hacerlo.
- Resolver un problema de un retiro de mercado a nivel nacional por una situación gestada antes de mi designación como gerente.
- Quedarme a cargo de nuevas áreas, fuera de mi especialidad, y aprender a velocidad luz sobre las mismas, debido a recortes y ajustes de personal.
- Dedicar más de un año, en silencio, en secreto a estructurar los planes para el cierre de nuestra empresa.
¿Cuáles han sido los momentos en tu labor gerencial que han cambiado tu forma de ver las cosas? ¿Los momentos que te hicieron crecer y darte cuenta de que ya eras un gerente?