El valor de una buena herramienta


Seguramente conoces los gises que se usaban (o aún usan) en los salones de clases. Esos gises que rechinaban y te dejaban las manos de polvo blanco y de colores.

Los gises son una herramienta para que el maestro o el ponente comparta ideas y conceptos. Los gises se pueden pensar como un commodity o un artículo utilitario que la mayoría compraría al mejor postor y al menor precio.

Hoy que todo se ha movido a lo digital ¿quien compraría un gis? Pues resulta que los matemáticos. Para ellos, un pizarrón sigue siendo una herramienta invaluable para la enseñanza y también para pensar y descubrir nuevas ideas y resolver problemas.

En el mundo matemático de alto nivel existe el «Rolls Royce» de los gises y son los gises Hagoromo (japoneses y ahora fabricados en Corea del Sur). Según dicen son muy suaves, no te llenan de polvo las manos y son fáciles de limpiar. Pero ¿Invertirías en una caja de gises a un costo de $20 pesos por pieza cuando puedes comprarlos por $0.26 cada pieza? (Los matemáticos de alto nivel los compran por caja y las tienen guardadas por si en algún momento quiebra o cierra la empresa y entonces no quedarse sin su dotación).

El concepto de herramienta es un artilugio que facilita o potencia tu trabajo. En este caso, un matemático de alto nivel que posee las habilidades y conocimientos necesarios para resolver problemas complejos y requiere de «pensar escribiendo» y, además, lo hace como una forma de ganarse la vida, invertir en la mejor herramienta, los gises, es una opción clara. Para tí y para mi, que posiblemente no poseemos esas habilidades un gis de $0.26 por pieza, posiblemente sea una mejor elección.

¿A que voy con todo esto? La herramienta no hace a la persona, no le da conocimiento, no le da habilidades, aunque una buena herramienta puede potenciar el desempeño de la persona correcta.

He visto empresas invertir en tecnologías de alto nivel, pero no meterle inversión al desarrollo de habilidades y conocimientos de la gente que la utilizará. En esos casos, no se verá el beneficio de esa inversión.

Es tan importante, o a veces más, el desarrollo de la gente y sus competencias que la adquisición de la herramienta. Al final, el Checo Pérez seguirá siendo mejor piloto en un auto económico de lo que jamás seremos tu y yo en un fórmula uno. Así que desarrolla las habilidades de la gente y luego dales la herramienta adecuada para potenciar su desempeño, no al revés. Solo así verás el valor real de una herramienta.

P.D. Antes de invertir en herramientas de alto nivel, dale a tu gente herramientas suficientemente buenas para desarrollar competencias y habilidades. Una mala herramienta no ayuda a nadie a aprender bien.