Proyecto incompletos


Todo ejecutivo, profesionista, mando o gerente se ha enfrentado al reto de planear e implementar algún proyecto en algún momento. Proyectos de mejora, proyectos de crecimiento, proyectos de reestructura y muchos más. Algunos de nosotros lo habremos hecho siguiendo algún modelo y otros de manera intuitiva y a como nuestra lógica nos de entender que se deben de hacer.

Cuando planeamos proyectos consideramos los temas básicos como son la comunicación, recursos, entrenamientos y capacitaciones, seguimientos, etc. Y con ello y ajustando sobre la marcha buscamos llevar a buen término los proyectos. Muchas veces, sin embargo, el proyecto se completa, pero el cambio deseado solo se logra parcialmente. Esto es, se realizan las tareas, pero la gente no adopta el cambio derivado de manera consistente. Y créeme, muchos proyectos al interior de las organizaciones tienen que ver con que la gente cambie.

¿Por qué sucede esto? Por el sencillo tema de que la gente, generalmente, no quiere cambiar y cualquiera que hayamos implementado proyectos sabemos que algunos no van a querer. Se van a resistir al cambio, las razones de dicha resistencia son muchas y han sido ampliamente estudiadas. Sin embargo, parece que a pesar de ello, no consideramos acciones para lograr el cambio humano de la mano del cambio técnico. Pensamos que simplemente por que nuestra «solución técnica» es correcta, la gente la debe de adoptar.

Si en tiempos recientes insisto a mandos que profundicen en el conocimiento del comportamiento humano, formación de hábitos, desarrollo de habilidades y técnicas para la persuasión es por ello. Nuestra ignorancia en dichos temas hace que ignoremos su importancia e impacto y que no los incluyamos en nuestros proyectos de cambio.

La gente no cambia si no está consciente del cambio, si no apoya el cambio y si no tiene las condiciones para realizar el cambio. Todo esto, en ocasiones se deja de lado. «Es su problema», «que lo resuelvan», «para eso les pagamos» son las respuestas de los mandos y gerentes. Pues sí, pero la verdad es que muchos de nosotros hemos iniciado una rutina de ejercicio o de alimentación o de aprendizaje de alguna pasatiempo sin mucho éxito y esperamos que la gente, mágicamente, y con «ganas» logre hacer el cambio. Como mandos y gerentes debemos de saber que así no funciona.

Así que la próxima vez que tengas un proyecto pregúntate:

– ¿Hemos verificado la conciencia de la gente respecto a la importancia del cambio y las implicaciones de no realizarlo?

– ¿Hemos verificado la disposición y apoyo de la gente a que el cambio se realice y hemos sondeado sus preocupaciones respecto al cambio?

– ¿Estamos considerando desarrollar a nuestra gente en cómo cambiar y cómo coordinar el cambio en sus áreas?

– ¿Estamos considerando mecanismos para medir y detectar problemas de resistencia al cambio (que los va a haber) y tomar acciones oportunas?

– ¿Nuestro proyecto incluye tiempo y recursos para el reforzamiento tras la implementación inicial para generar hábitos y comportamientos consistentes en el tiempo?

Si no pues tu proyecto estará incompleto.

Prepárate y prepara a tus mandos (sobre todo gerencia media y primera línea) para apoyar el cambio personal de la gente. A menos que contemos con mejore prácticas de liderazgo y con buenos niveles de habilidades gerenciales en todos los niveles, perpetuaremos prácticas inadecuadas de liderazgo y gestión afectando la posibilidad de implementar de manera efectiva los cambios en nuestras organizaciones.